Organizações Mundiais
Diversas
correntes obreiras (socialistas, social-democratas, anarquistas, comunistas,
cristãos, trotikistas, autônomos)
|
Associação Internacional de Trabalhadores (1864-1876)
|
Internacional de Saint-Imier
(1872-1877)
Após a
expulsão de Bakunin e anarquistas da AIT
|
Século XX
|
Federação Sindical Internacional
(FSI –
1901 a 1945)
Tendência
comunista – transformou-se em FSM
Chamada
pejorativamente de Internacional de Ámsterdam por la Profintern
|
Confederação Internacional de Organizações
Sindicais Livres (CIOSL)
Majoritária
e de origem social-democrata
|
Confederação Mundial do Trabalho
(CMT)
Origem
cristã
|
Federação Sindical Mundial
(Origem
comunista)
|
Profitern - Internacional Vermelha dos
Sindicatos Trabalhistas
(Red International of Labor Unions - RILU)
1921-1937
Contraponto à FSI
|
Confederação Sindical Internacional (CSI)
CIOSL e
CMT se dissolveram em 2006 para conformar organizações regionais unitárias
Ligação
na América é a CSA (Confederação Sindical das Américas)
|
Alternativa Democrática Sindical das
Américas
Surgiu de
um rompimento com a CSA (Confederação Sindical das Américas)
2017
|
Sindicalismo
internacional
Desde los comienzos mismos en que
el trabajo comenzó a organizarse en el Siglo XIX, los trabajadores consideraron
que la organización internacional era un componente indispensable, el
sindicalismo. La famosa convocatoria de Marx y Engels, "trabajadores del
mundo, uníos"(188) y la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1864, dan cuenta del sentimiento "internacionalista" y
de la importancia que la "solidaridad internacional" han tenido
desde los primeros momentos en que el trabajo comenzara a organizarse.
Las Centrales Mundiales
En el curso del Siglo XX las diversas corrientes obreras (socialistas,
social-demócratas, anarquistas, comunistas, cristianos, trotskistas, autónomos)
se organizaron internacionalmente mediante federaciones generales mundiales y
regionales, y también mediante federaciones por sectores de actividad. Al comenzar el Siglo XXI existían tres grandes
federaciones sindicales mundiales: la Confederación Internacional de
Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL, mayoritaria y de origen
socialista-social demócrata), la Confederación Mundial del Trabajo (CMT, de
origen cristiano) y la Federación Sindical Mundial (FSM, de origen comunista).
Terminada la Guerra Fría estas
grandes federaciones internacionales iniciaron conversaciones para fusionarse
entre sí. El 1 de noviembre de 2006 la CIOSL y la CMT se disolvieron para crear
integradas la Confederación Sindical Internacional (CSI), con otras
federaciones nacionales independientes.
Las Federaciones Regionales
Las grandes centrales mundiales
organizaron instancias regionales.
La CIOSL tiene tres grandes
organizaciones regionales: la ORIT (las Américas), APRO (Asía Pacífico) y AFRO
(África).
La CMT a su vez tiene cuatro
grandes organizaciones para las mismas regiones: la CLAT (América Latina), BATU
(Asia), ODSTA (África), y NAPFE (América del Norte).
Las organizaciones regionales de
la CIOSL y la CMT se disolvieron en 2006 para conformar organizaciones
regionales unitarias de la nueva Confederación Sindical Internacional (CSI).
En Europa los sindicatos han
constituido la Confederación Europea de Sindicatos (CES-ETUC), como central
sindical unitaria europea, más allá de la pertenencia de los sindicatos a
determinadas centrales mundiales.
Los Sindicatos Mundiales
Los
sindicatos nacionales han tendido a organizarse internacionalmente por sector
de actividad económica en sindicatos mundiales. Los sindicatos mundiales están más o menos
vinculados a las grandes centrales mundiales, pero algunos son completamente
autónomos y eligen sus autoridades por decisión de los sindicatos nacionales
que las integran.
En
general los sindicatos mundiales más poderosos son las Federaciones Sindicales
Internacionales (FSI) "vinculadas" a la Confederación Sindical
Internacional (CSI):
UNI (Servicios)
ICM (Construcción y Madera),
recientemente unificada con la Federación de la Construcción y la Madera de la
CMT
FITIM (Metalúrgicos)
IE IE-América Latina (Educación)
UITA (Agricultura, Alimentación)
ITF (Transporte)
ISP (Servicios Públicos)
FITTVC (Textiles e indumentaria)
FIP (Periodistas)
ICEM (Químicos).
La ex CMT desarrolló también una
serie de Federaciones Profesionales. Luego de la fusión de la CMT-CIOSL en la
Confederación Sindical Internacional (CSI), en 2006, las mismas se encuentran
en proceso de acercamiento a las Federaciones Sindicales Internacionales:
INFEDOP (Servicios Públicos)
CSME (Enseñanza); FIOST
(Transporte)
ICM (Construcción), recientemente
fusionada;
FITV (Textil e Indumentaria)
FMTI (Industria)
FMTAA (Agricultura y
Alimentación)
FME (Empleados)
AICPRO (Ciclistas)
CICA (Artistas)
FELATRAP (Prensa)
CLATJUP (Jubilados y Pensionados)
COLAPOM (Pobladores en
Marginación Social)
COLACOT (Cooperativas y Mutuales
de Trabajadores).
La FSM agrupa a los sindicatos
según su sector en Uniones Internacionales de Sindicatos (UIS) de:
Agricultura, Alimentación,
Comercio y Textiles
Empleados públicos
Energía, Metalurgia, Química y
Combustibles
Trabajadores del Transporte
Construcción, forestales y
materiales de construcción
Participación sindical en
organizaciones internacionales gubernamentales
OIT
La OIT tiene un sistema de
gobierno tripartito (gobiernos, trabajadores y empleadores), por el cual las
centrales sindicales nacionales poseen representación en sus órganos de
decisión. En el caso de su órgano supremo, la Conferencia Anual, cada país
miembro es representado por cuatro miembros, de los cuales 2 son corresponden
al gobierno, y los otros dos, uno a la central sindical más representativa, y
otro a la organización empresaria más representativa. La totalidad de los
representantes de los sindicatos forma el "Grupo de los
Trabajadores", que tiene un funcionamiento autónomo y suele tomar
decisiones conjuntas. La OIT tiene una Oficina de Apoyo a las Actividades de
los Trabajadores - (ACTRAV).
Unión Europea
La UE cuenta entre sus organismos
con el Comité Económico y Social (CESE),
con la función de asesoramiento de la Comisión Europea, el Consejo y el
Parlamento Europeo. El CESE está dirigido por una Asamblea integrada por tres grandes grupos de represenantes de la
sociedad civil: empresarios, trabajadores
y actividades diversas. El grupo de
trabajadores está integrado por representantes de las centrales sindicales
nacionales.
OEA
Una de las estructuras de la OEA
es el Sistema Interamericano de Trabajo, cuyo órgano contral es la Conferencia
Interamericana de Ministros de Trabajo. Cuenta con dos organismos de
asesoramiento, correspondiente a los trabajadores (COSATE) y empleadores (CEATAL).
OCDE
La OCDE es un organismo
internacional integrado por 30 países que tiene como objetivo principal
suministrar a los gobiernos un ámbito donde discutir, desarrollar y
perfeccionar políticas sociales y económicas. Actualmente, España y México son
los únicos dos miembros de habla hispana. La OCDE tiene un influyente Comité Asesor Sindical (TUAC) integrado por
las centrales sindicales de los 30 países miembros plenos. Es importante
decir que la OCDE cuenta con un avanzado mecanismo de control de empresas
multinacionales en todo el mundo, las Directrices para Empresas
Multinacionales, que son obligatorias y tiene un sistema de quejas instalado a
partir de los puntos nacionales de contacto (PNC). Los países no miembros de la
OCDE pueden adherir a las Directrices e instalar un PNC. En América Latina,
Argentina, Brasil y Chile han adherido a las Directrices y cuentan con PNC.
Comunidad Andina
La Comunidad Andina tiene una
instancia consultiva del movimiento sindical de la subregión llamada Consejo Consultivo Laboral Andino.
Mercosur
El Mercosur tiene un Foro Consultivo Económico-Social
integrado por los sindicatos, organizaciones empresarias y algunas
organizaciones no gubernamentales de los países miembros.
Nuevas formas de organización
sindical internacional[editar]
La necesidad de la acción
internacional de los trabajadores ha adquirido un renovado vigor con la
globalización, y nuevas formas de organización.
Sindicatos Globales (Global
Unions)
Sindicatos Globales es una
instancia de coordinación y trabajo conjunto de la CSI, las FSIs y el TUAC.
Acuerdos Marco Internacionales
(AMIs)
Las FSIs, desde hace unos 20
años, han comenzado a negociar directamente con empresas multinacionales y en
algunos casos han conseguido firmar Acuerdos Marco Internacionales (AMIs), que
son compromisos bilaterales de las EMNs para cumplir estándares laborales
mínimos en todo el mundo, incluyendo la libertad sindical de sus trabajadores,
admitiendo el control sindical. Hasta el año 2005 se habían firmado 37 AMIs
(ver lista y textos en inglés).
Redes y Comités de Empresa Regionales
y Mundiales
Europa tiene una antigua
tradición de comités de empresa, organismos representativos de los trabajadores
de una empresa orientados a establecer una mayor o menor intervención del
trabajo en el proceso de toma de decisiones de la empresa, íntimamente ligados
al desarrollo de la idea de "democracia industrial". La idea de
formar Comités de Empresa Multinacional, para representar a todos los
trabajadores empleados en una misma empresa multinacional, ya tiene algunas décadas
en Europa, donde se constituyeron varios por acuerdo entre sindicatos y
empresas. Pero a partir la institución comienza a extenderse a partir de la
Directiva 94/45/CE, ampliada luego por Directiva 97/74/CE, se establece la
obligatoriedad para empresas con más de 1.000 trabajadores de organizar un
Comité de Empresa Europeo (CEE) mediante acuerdo colectivo con los sindicatos,
con la finalidad de que los trabajadores puedan ejercer su derecho de
información y consulta.
Paralelamente, las FSIs,
encabezadas por la FITIM, han comenzado a organizar desde 30 años atrás,
Consejos Mundiales de Empresa. En la actualidad existen más de 20 Consejos
Mundiales de Empresa, de los cuales 10 se constituyeron en empresas de la
industria del automóvil, entre ellos Volkswagen, General Motors, Nestlé...
Como paso intermedio muchos
sindicatos mundiales están impulsando la creación de comités regionales y
mundiales de salud y seguridad, y redes sindicales regionales y mundiales por
empresa multinacional, para intercambio de información y coordinación
inter-sindical.
Coordinadoras Sindicales
sub-regionales
En América Latina han aparecido
en los últimos años organizaciones de coordinación sindical internacional de
ámbito sub-regional, relacionadas con los procesos de integración: la
Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), la Comisión
Consultiva Laboral Andina la Coordinadora de Centrales Sindicales de América
Central y el Caribe (CCSACC), y el Congreso Laboral del Caribe (CCL-Caribbean
Congress of Labour).
Observatorios Sindicales de
Empresas
La necesidad de controlar que las
EMN y sus empresas "tercerizadas" en todo el mundo cumplan con los
estándares laborales mínimos se ha visto como indispensable con los recientes
descubrimientos de amplios niveles de trabajo esclavo e infantil, así como
violaciones masivas a las más elementales normas de trato laboral digno. Con el
fin de controlar el comportamiento laboral de las EMN han aparecido organismos
de origen sindical, como el Instituto Observatorio Social en Brasil, o el
Programa de Vigilancia Social de PLADES en el Perú.
Enlaces externos
sitio de la Confederación
Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL)
sitio de la Confederación Mundial
del Trabajo (CMT)
sitio de la Federación Sindical
Mundial (FSM)
Global Unions
CESE
Consejo Consultivo Laboral Andino
Coordinadora de Centrales
Sindicales del Cono Sur (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el
historial y la última versión).
Conferencia Interamericana de
Ministros de Trabajo)
TUAC (Comité Asesor Sindical ) de
la OCDE
Directrices para Empresas
Multinacionales de la OCDE
Instituto Observatorio Social
Fonte:
https://es.wikipedia.org/wiki/Sindicalismo_internacional
I. Anarcosindicalismo
II. Sindicalismo institucional/estatal
- Associação Internacional de Trabalhadores (1864)
- Federación Sindical Internacional (FSI – 1901 a 1945)
- Profitern - Internacional Vermelha dos Sindicatos Trabalhistas (Red International of Labor Unions - RILU) Internacional Vermelha dos Sindicatos Trabalhistas
- Federación Sindical Mundial (FSM)
- Associação Internacional de Trabalhadores (1864)
Associação Internacional dos
Trabalhadores (1864-1876)
Associação
Internacional dos Trabalhadores (AIT), também conhecida como Primeira Internacional ou simplesmente
Internacional, foi uma organização internacional fundada em setembro de 1864. Foi a primeira organização operária a superar fronteiras nacionais,[1]
reunindo membros de todos os países da
Europa e também dos Estados Unidos. A organização abrigou, em seu seio, trabalhadores das mais diversas correntes
ideológicas de esquerda: de comunistas marxistas até anarquistas bakuninistas e
proudhonianos, além de sindicalistas, reformistas, blanquistas, owenistas,
lassalianos, republicanos e democratas radicais e cooperativistas. [1][2]
Ao longo de sua existência, a
Internacional ajudou o desenvolvimento do movimento operário europeu, apoiando
greves, sindicatos e sociedades de resistência,[3] além de ter declarado
oposição à Guerra Franco-Prussiana[4] e ter prestado apoio à Comuna de Paris, da qual muitos de seus membros
participaram.[1] A organização também declarou apoio à União na Guerra de
Secessão[5][6] e ao movimento feniano na Irlanda.[7] A Internacional realizou,
entre 1866 e 1872, cinco congressos gerais, onde foram discutidas questões de
interesse da classe trabalhadora como as condições de trabalho do proletariado
da época, as relações de trabalho, a função e importância dos sindicatos, a
coletivização da terra e dos meios de produção, entre outras. Nesses
congressos, foram aprovadas diversas resoluções, como a promoção da
solidariedade e colaboração entre os operários de toda a Europa em suas lutas,
a promoção do trabalho cooperativo, a redução da jornada de trabalho para oito
horas e melhores condições de trabalho, sobretudo para mulheres e crianças.[1]
É estimado que em seu período de maior afirmação, entre 1870 e 1872, o número
de adesões à Internacional tenha superado os 150 mil membros.[8]
A
Internacional originalmente funcionava sobre uma base federativa, na qual era
concedida grande autonomia às federações e seções locais.[9] A organização era
dirigida por um Conselho Geral, que tinha Karl Marx como um de seus dirigentes.[10] O
Conselho Geral era composto por membros de diversos países[11] e constituía um
órgão de síntese política das diversas tendências internas da organização,[12]
e além do tratamento de assuntos internos, como questões financeiras e
correspondência, funcionava como uma agência internacional entre os diferentes
grupos nacionais e locais da associação, para manter os operários de um país
constantemente informados dos movimentos da sua classe em todos os outros
países, também intervindo em eventuais conflitos internos.[11] O Conselho Geral
também discutia questões a serem abordadas nos congressos gerais e se ocupava
da elaboração dos documentos da Internacional.[13]
A organização dividiu-se em 1872, após a realização do congresso de Haia,
que estabeleceu a conquista do poder político como uma meta a ser alcançada
pelo movimento operário[14] e conferiu poderes mais amplos ao Conselho
Geral,[15] que expulsou Bakunin e seus
seguidores da organização,[16] que então formaram a Internacional de Saint-Imier, que reuniu além dos anarquistas,
todos os demais opositores da linha política do Conselho Geral.[17] Após a
cisão, o Conselho Geral foi transferido
para Nova Iorque e a organização foi dissolvida em 1876, em uma conferência de
delegados na Filadélfia, enquanto a Internacional de Saint-Imier realizou seu
último congresso em 1877, em Verviers.
Estrutura da organização
A Associação Internacional dos
Trabalhadores era dirigida por um Conselho Geral, formado a partir de um comitê
provisório estabelecido na fundação da organização. O Conselho Geral era
composto por operários e intelectuais de diversos países e teve como um de seus
principais membros Karl Marx,[18] que redigiu os estatutos gerais da
organização. O Conselho Geral era sediado em Londres e constituía o órgão de
síntese política da organização e do qual se emanavam as linhas diretivas da
organização. De outubro de 1864 a agosto de 1872, o Conselho Geral se reuniu,
com grande regularidade, por 385 vezes; nessas reuniões eram discutidas
questões como as condições de trabalho dos operários, os efeitos da introdução
da maquinaria, as greves que deveriam ser apoiadas, o papel e a importância dos
sindicatos e a questão de como construir a "sociedade do futuro".
Segundo os estatutos da Internacional, o Conselho Geral funcionaria como uma
agência internacional entre os diferentes grupos nacionais e locais da AIT, de
tal modo que os operários de um país estejam constantemente informados dos
movimentos da sua classe em todos os outros países; seria o responsável pela
realização anual de um congresso geral de trabalhadores composto por delegados
dos ramos da AIT, em que seriam discutidas as aspirações comuns da classe
operária e se tomariam as medidas requeridas para o funcionamento bem sucedido
das resoluções de cada congresso e, que "uma vez que o sucesso do
movimento dos operários em cada país não poderá ser assegurado a não ser pelo
poder da união e da combinação", os membros da AIT empregariam esforços
para combinar as sociedades de operários desconexas dos seus respectivos países
em corpos nacionais, representados por órgãos nacionais centrais.[11] O
Conselho Geral também foi o organismo que se ocupou da elaboração dos
documentos da Internacional. Circulares, cartas e resoluções foram os meios
frequentemente empregados, enquanto manifestos, mensagens e apelos foram
documentos exepcionais, utilizados em circustâncias particulares.[13]
A Internacional, em cada país,
era formada por pelo menos um ramo ou federação, que por sua vez, era composta
por diversas seções independentes entre si. A organização funcionava
originalmente sobre uma base federativa na qual era concedida grande autonomia
às federações, ramos e seções locais.[9] Os ramos ou federações deveriam
aglutinar as diversas seções da Internacional ao redor de seus respectivos
países, a fim de garantir melhor organização e unidade; porém, tal regra, de
acordo com os estatutos da associação, dependeria "das leis peculiares de
cada país e que, à parte os obstáculos legais, nenhuma sociedade local independente
será impedida de se corresponder directamente com o Conselho Geral".[11]
Cada seção tinha o direito de nomear o seu próprio secretário correspondente
com o Conselho Geral e cada ramo da organização seria responsável pela
idoneidade dos membros que admite.[11] Entretanto, no caso de disputas e
conflitos internos, o Conselho Geral poderia intervir.[11] Alguns países, como
a Suíça, possuíam mais de uma federação, por conta de conflitos internos. No
caso da Suíça, havia a Federação Romanda, ligada ao Conselho Geral, e a
Federação do Jura, ligada a Mikhail Bakunin e seus seguidores, opositores do
Conselho Geral.[19]
Na realização do Congresso de
Haia em 1872, foi aprovada uma resolução que conferia poderes mais amplos ao
Conselho Geral, que a partir daquele momento, tinha a tarefa de garantir em
cada país a "rígida observação dos princípios, estatutos e regras da
Internacional", e a ele se atribuía "o direito de suspender ramos,
seções, conselhos ou comitês federais e federações da Internacional".[15]
Tal resolução, que resultou na expulsão dos anarquistas da Internacional, assim
como a mudança do Conselho Geral de Londres para Nova Iorque, foram os
principais motivos para a cisão da Internacional.
Número de membros
Ficha de filiação à Associação Internacional
dos Trabalhadores.
Tanto no curso de sua existência
como nas décadas sucessivas, a Internacional foi representada como uma
organização vasta e financeiramente poderosa. O número de seus membros sempre
foi superestimado: o promotor público que, em junho de 1870, processou alguns
dos dirigentes franceses da Internacional, declarou que a organização possuía
mais de 800 mil membros na Europa;[20] um ano mais tarde, após a derrota da
Comuna de Paris, o jornal The Times afirmou que esse número era de 2,5 milhões;
ao passo que seu principal estudioso à época, Oscar Testut, chegou mesmo a
especular que em torno de 5 milhões de membros faziam parte da associação.[21]
Uma estimativa, ainda que apenas aproximada, da consistência efetiva da
Internacional foi sempre uma questão complexa, tanto para seus dirigentes como
para seus estudiosos, pois apenas uma parte mínima das organizações integradas
à Internacional (como os sindicatos ingleses e partidos alemães) possuía um
registro exato dos próprios inscritos, além de a maior parte dos trabalhadores
ter ingressado na AIT não por meio de inscrições individuais mas sobretudo
mediante adesões de associações coletivas (como por exemplo, as sociedades de
resistência), tornando quase impossível uma contagem precisa de seus membros,
além do fato de que em diversos países a Internacional foi ilegal por alguns
anos, e a clandestinidade dos membros não permite avaliar acuradamente seu
número.[22] Porém com bases em pesquisas realizadas, historiadores especulam
que durante o seu período de maior afirmação (entre 1871 e 1872), o número
máximo de adesões tenha superado 150 mil, mas especificamente 50 mil na
Inglaterra, mais de 30 mil na França e na Bélgica, 6 mil na Suíça, cerca de 30
mil na Espanha, cerca de 25 mil na Itália e mais de 10 mil na Alemanha (a
maioria militante do Partido Social-Democrata dos Trabalhadores da Alemanha),
mais alguns milhares dispersos em outros países europeus e cerca de 4 mil nos
Estados Unidos.[8]
Contudo, analisando o contexto da
época e levando em consideração a existência de pouquíssimas organizações
efetivas da classe trabalhadora, essas cifras podem ser avaliadas como
extremamente relevantes. Além disso, é importante levar em conta que
excetuando-se a Inglaterra, Suíça, Bélgica e Estados Unidos, a Internacional
era considerada uma organização ilegal na maior parte da Europa, inclusive em
países onde teve uma presença consistente, como na França, Itália e Espanha,
sendo obrigados a agir em clandestinidade. Também foi notável a capacidade
agregadora da organização: depois de apenas dois anos de vida, havia conseguido
federar centenas de sociedades operárias,[23] e a partir de 1868, graças à
propaganda de Mikhail Bakunin e seus seguidores, a ela se agregaram seções na Itália,
Holanda, Dinamarca e Portugal. O desenvolvimento da Internacional foi muito
irregular; enquanto crescia em alguns países, em outros mantinha-se estável ou
regredia sob repressão.[24]
Em relação à totalidade dos
trabalhadores da época, porém, os membros da Internacional foram uma parcela
reduzida da classe operária. Em Paris, por exemplo, o número de membros jamais
ultrapassou 10 mil, e em grandes cidades como Roma, Viena e Berlim seu número
foi ainda mais exíguo. A qualificação dos operários que aderiram à
Internacional constitui outra prova evidente de seus limites: ela deveria ser a
organização dos operários assalariados, mas apenas um número muito exíguo
destes tornou-se membro. O principal influxo veio do setor da construção, na
Inglaterra, da indústria têxtil, na Bélgica, e de vários tipos de artesãos, na
França e Suíça.[23]
Enquadramento econômico dos
associados[editar | editar código-fonte]
Na Inglaterra, com a exceção dos
operários siderúrgicos, a força da Internacional entre os trabalhadores da
indústria sempre foi limitada,[25] e estes jamais se tornaram a maioria da
associação, mesmo após a expansão da organização nos países da Europa
meridional. Outra grande limitação da Internacional foi a de não ter conseguido
abarcar os trabalhadores não qualificados,[26] embora esforços nessas direções
tenham sido realizados desde a preparação para o primeiro congresso da
organização. Além disso, a Internacional permaneceu sempre uma organização
formada exclusivamente por trabalhadores ocupados, e os desempregados jamais
fizeram parte dela, e seus dirigentes, salvo algumas exceções, eram, em
maioria, artesãos ou intelectuais.[27]
A situação financeira da
Internacional era cronicamente instável.[28][27] A taxa de inscrição individual
era de um xelim, enquanto cada um dos sindicatos devia contribuir, como sujeito
coletivo, com três pence por membro. Em muitos países, no entanto, os filiados
individuais foram sempre poucos e, na Inglaterra, as contribuições devidas
pelos sindicatos foram, constantemente, tão incertas e limitadas que o Conselho
Geral acabou por liberar estes últimos para contribuírem com o que podiam. As
somas recolhidas pela organização jamais superaram poucas de libras esterlinas
anuais,[29] que mal bastavam para pagar o salário de quatro xelins por semana
do secretário geral e o aluguel da sede.
História
Origens
Em 1862, dois anos antes da
fundação da Associação Internacional dos Trabalhadores, ocorria na Inglaterra a
Exposição Internacional de Londres. Na ocasião, foi enviada uma delegação
custeada pelo governo da França, composta por duzentos operários franceses,
para estudar a exposição e redigir relatórios técnicos.[1][30] Em uma grande
festa ocorrida no dia 5 de agosto de 1862, oferecida pelos representantes dos
sindicatos ingleses para os trabalhadores franceses, os ingleses leram um
manifesto em que expressavam o desejo de uma aproximação entre os operários das
diferentes nações, que os franceses responderam propondo que fossem
estabelecidos comitês operários para a troca de correspondência sobre as
questões internacionais que afetavam a indústria.[30]
Já em julho de 1863, na ocasião
da insurreição polonesa contra o Império Russo, os operários ingleses
organizaram um comício no St. James's Hall em solidariedade ao povo da Polônia
e convidaram os parisienses para enviarem seus delegados.[30] Na ocasião foram
discutidos temas que julgavam de fundamental importância para o movimento
operário[31] O texto preparatório do encontro, escrito pelo dirigente sindical
e futuro presidente da Internacional George Odger, mais tarde publicado no
biebdomadário inglês The Bee-Hive com o título Address of English to French
Workmen (Mensagem dos trabalhadores ingleses aos trabalhadores franceses),
declarava:
“ A fraternidade entre os povos é altamente
necessária para a causa do trabalho, pois constatamos que sempre que tentamos
melhorar nossa condição social por meio da redução das horas de trabalho, ou
pelo aumento dos salários, nossos empregadores ameaçam trazer franceses,
alemães, belgas e outros para realizarem nosso trabalho por salário mais
baixos. E lamentamos dizer que isso tem ocorrido, embora não em razão de um
desejo de nos prejudicar da parte de nossos irmãos do continente, mas pela
falta de uma comunicação regular e sistemática entre as classes trabalhadoras
de todos os países. Nosso objetivo é elevar os salários dos operários pior
remunerados, e não permitir que nossos empregadores nos joguem uns contra os
outros e nos empurrem, assim, para a condição mais baixa possível, adequada a
sua busca avarenta pelo lucro. ”
Foi proposta, então, a criação de
um fórum internacional de discussão no qual pudessem, ser examinados, os
principais problemas relacionados aos trabalhadores sob uma ideologia
inicialmente marcada por lemas gerais de caráter ético-humanitário, tais como a
fraternidade entre os povos e a paz mundial.[31] Dessa ideia, surgiria, no ano
seguinte, a Associação Internacional dos Trabalhadores.
Fundação
Reunião da fundação da Associação Internacional dos Trabalhadores
em 28 de Setembro de 1864.
A Associação Internacional dos
Trabalhadores foi fundada no dia 28 de setembro de 1864, em uma reunião no
salão do St. Martin's Hall, em Londres. Na ocasião, encontravam-se, ali, cerca
de 2 mil trabalhadores,[31] além de delegados de organizações operárias
inglesas, francesas, italianas, alemãs, suíças e polonesas. A proposta de
criação de uma associação internacional de trabalhadores veio dos delegados
franceses Henri Tolain, Joseph Étienne Perrachon e Charles Limousin, que foi
calorosamente aplaudida por todos os presentes no St. Martin's Hall,[30] sendo
aprovada por unanimidade. Foi estabelecido um comitê provisório formado por 27
trabalhadores ingleses, 9 franceses, 9 alemães, 6 italianos, 2 suíços e 2
poloneses.[32] O comitê recebeu a ordem de preparar um projeto de estatutos e
de convocar um congresso operário para 1865.[30] O comitê provisório logo se
constituiu no órgão dirigente da associação, o Conselho Geral;[10] e o
congresso que originalmente seria marcado para 1865 foi realizado somente em
1866, na cidade de Genebra, pois o Conselho Geral reconheceu que a convocação
de um congresso ainda não se fazia possível, sendo marcada para 1865 apenas uma
conferência em Londres para discutir questões organizacionais da
associação.[30]
Karl Marx.
Entre os membros do comitê eleito
estavam o judeu italiano Luigi Wolff, o francês Victor Le Lubez, os ingleses
William Randal Cremer e John Weston, e o alemão Karl Marx,[30] que embora não
tivesse se pronunciado durante a reunião no St. Martin's Hall,[33] viria a ter
um papel fundamental na organização.[18] Marx foi incumbido de redigir a
mensagem inaugural da AIT e seus estatutos gerais por ser o único membro do
comitê capaz de se exprimir em francês, alemão e inglês.[34] Os estatutos
escritos por Marx foram ratificados pelo então comitê provisório por
unanimidade em 1 de novembro de 1864[10] e depois aprovados no congresso de
Genebra, dois anos depois.[35]
As organizações operárias que
fundaram a Internacional eram muito distintas entre si. O centro motor foi o
sindicalismo inglês, e seus dirigentes eram em maioria reformistas,
interessavam-se sobretudo por questões de caráter econômico, lutando pela melhoria
de condições dos trabalhadores mas sem colocar o capitalismo em discussão. Viam
a Internacional como um instrumento favorável a seu objetivo, impedindo a
importação de mão de obra estrangeira durante as greves. Outro ramo
significativo da organização, inicialmente dominante na França e na Bélgica foi
o dos proudhonistas. Seguidores de Pierre-Joseph Proudhon, eram defensores de
um sistema cooperativo sobre uma base federalista, não acreditavam na ação
política das classes operárias e acreditavam ser possível modificar o
capitalismo mediante o acesso igualitário ao credito. Havia também os
comunistas, representados por Karl Marx, ativos principalmente na Alemanha, em
algumas cidades suíças e em Londres, os comunistas se opunham ao sistema de
produção capitalista, reivindicando a necessidade da ação política para sua
derrubada. Também havia na AIT à época de sua fundação componentes sem qualquer
tradição socialista e inspirados por concepções vagamente democráticas, como
alguns grupos de exilados de países do Leste Europeu e os italianos seguidores
de Giuseppe Mazzini. Completando o quadro da organização, havia vários grupos
de trabalhadores franceses, belgas e suíços que aderiram à Internacional
trazendo consigo as mais diversas teorias, muitas vezes confusas e baseadas no
socialismo utópico de Saint-Simon e Robert Owen, além dos lassalianos da
Associação Geral dos Trabalhadores Alemães, partido que ostentava nítida
posição antissindical e concebia a ação política exclusivamente nos estreitos
limites nacionais.[2] Construir uma base geral e saber efetuar a síntese
política de uma organização tão ampla e heterogênea, não obstante sua forma
federativa, apresentou-se uma tarefa árdua.
Em relação a isso, foi inegável o
papel de Karl Marx ao conciliar os interesses de todos esses grupos
heterogêneos,[30][36] garantindo que fosse uma organização firmemente classista
e que ambicionava ser de massas e não sectária.[37] Na redação dos estatutos
gerais da AIT, Marx valorizou as melhores ideias dos vários componentes da organização,
ao mesmo tempo que eliminou inclinações corporativas e acentos sectários,[37]
tornando-a um órgão de síntese política de todas as tendências presentes nos
diversos contextos nacionais.[38]
Primeiras adesões
No curso de seu primeiro ano em
atividade, o Conselho Geral realizou uma intensa atividade de divulgação dos
princípios da associação, o que ajudou a ampliar seu horizonte para além de
questões puramente econômicas, como demonstra a presença da Internacional entre
as organizações que participaram da Reform League, um movimento pela reforma
eleitoral surgido em fevereiro de 1865.[39] A Inglaterra foi o primeiro país em
que foram apresentados pedidos de adesão à Internacional.[12] Em fevereiro de
1865, se filiaram à organização 4 mil membros da Sociedade Sindical dos
Pedreiros (Operative Society of Bricklayers) e pouco depois, seguiram-se grupos
de trabalhadores da construção civil e sapateiros.[12]
Na França, a presença da
Internacional começou a tomar forma em janeiro de 1865, com a fundação de sua
primeira seção em Paris.[39] Logo foram fundadas outras seções em Lion e
Caen.[39] Porém, a força da organização em seus primeiros anos na França foi
limitada, e muitas outras organizações operárias francesas tiveram uma
consistência numérica superior.[39] Apesar das limitações, os franceses, em
grande parte seguidores das ideias mutualistas de Proudhon, consolidaram-se
como um dos grupos mais consistentes da Internacional durante a primeira
conferência da organização, realizada entre 25 e 29 de setembro de 1865 em
Londres,[39] que contou com a presença de 30 delegados provenientes da
Inglaterra, da França, da Suíça e da Bélgica, além de alguns representantes da
Polônia e da Itália.[39] Cada um deles apresentou informes, sobretudo de
caráter organizacional, sobre os primeiros movimentos da Internacional em seus
respectivos países. Durante essa conferência foi ainda agendado o primeiro
Congresso Geral, que teria lugar no ano seguinte.[39]
No período entre essas duas
reuniões, a Internacional continuou a expandir-se na Europa, construindo seus
primeiros núcleos importantes na Bélgica e na Suíça romanda.[39] As chamadas
leis prussianas de associação (Kombinationsgesetze), que impediam os grupos
políticos alemães de estabelecer relações estruturais com organizações de
outros países, não permitiam que fossem abertas seções da Internacional na
Confederação Alemã.[39] A Associação Geral dos Trabalhadores Alemães, primeiro
partido operário da história, fundado em 1863 por Ferdinand Lassalle, que à
época contava com 5 mil membros e era liderada por Johann Baptist von
Schweitzer,[39] desinteressou-se pela Internacional nos primeiros anos de sua
existência e seguia uma linha de diálogo com Otto von Bismarck, reunindo-se
diversas vezes com o líder alemão para explorar possibilidades de cooperação,
tendo em vista que tanto os líderes da Associação Geral dos Trabalhadores
Alemães quanto Otto von Bismarck compartilhavam de posições contrárias ao
liberalismo; Schweitzer chegou mesmo a publicar artigos avaliando positivamente
as políticas de Bismarck.[39] Essa mesma postura de diálogo foi compartilhada
por Wilhelm Liebknecht, apesar de sua grande proximidade política com Marx.[39]
Johann Philipp Becker, um dos principais líderes da Internacional na Suíça,
tentou contornar essas dificuldades por meio da criação do Grupo de Seções de
Língua Alemã, baseado em Genebra e que por um bom tempo foi o único organizador
dos núcleos da Internacional na Confederação Alemã.[39]
A obtenção de resultados positivos
para a organização foi altamente favorecida pela difusão de jornais que
simpatizavam com as ideias da Internacional ou que eram verdadeiros órgãos do
Conselho Geral, que contribuíram para o desenvolvimento da consciência de
classe e para a rápida circulação de notícias relativas às atividades da
Internacional.[39] Dentre os periódicos surgidos nos primeiros anos da
existência da organização, destacam-se os biebdomadários publicados em Londres
The Bee-Hive e The Commonwealth; o hebdomadário de língua francesa Le Courrier
International, também publicado em Londres; o La Tribune du Peuple, órgão
oficial da Internacional na Bélgica; o Journal de l'Association Internationale
des Travailleurs, órgão da seção na Suíça romanda; o Le Courrier Français,
hebdomadário proudhoniano publicado em Paris; e o Der Vorbote, publicado em
Genebra, dirigido por Becker.[40]
A atividade do Conselho Geral em
Londres foi decisiva para o reforço da Internacional: em 1866, com seu apoio
aos grevistas dos Alfaiates Unificados de Londres (London Amalgamated Tailors),
a organização contribuiu, pela primeira vez ativamente, para uma luta
operária.[39] Em seguida à vitória desses trabalhadores, cinco pequenas
sociedades de alfaiates, com cerca de quinhentos trabalhadores cada, decidiram-se
filiar-se à Internacional.[39] O resultado positivo de outras disputas atraiu
diversos sindicatos menores, tanto que, quando de seu primeiro congresso, as
organizações sindicais filiadas eram já dezessete, para um total de mais de 25
mil membros.[39] A Internacional foi a primeira associação a ser bem-sucedida
na tarefa de alistar organizações sindicais em suas fileiras.[41]
Congresso de Genebra de 1866
Entre 3 e 8 de setembro de 1866,
a cidade de Genebra sediou o primeiro congresso da Internacional, no qual
estiveram presentes 60 delegados, provenientes da Inglaterra, França, Alemanha
e Suíça.[42] Naquele momento, a associação pôde fazer um balanço favorável,
tendo em apenas dois anos depois de sua fundação acolhido mais de uma centena
de sindicatos e organizações políticas.[42]
Os participantes desse congresso
se dividiram substancialmente em dois blocos: o primeiro era composto pelos
delegados ingleses, alemães e pela maior parte dos suíços e seguia as diretivas
do Comitê Central redigidas por Marx, ausente em Genebra; do segundo faziam
parte os franceses e uma parte dos suíços, sendo mutualistas seguidores das
ideias de Proudhon e liderados por Henri Tolain. Este último grupo via na
concessão de crédito gratuito uma medida determinante para transformar a
sociedade e rejeitava qualquer interferência do Estado em matéria de relações
de trabalho, pois acreditava que isso reforçaria o sistema vigente ao criar
mais atritos entre patrões e operários.[42]
Baseando-se nas resoluções
preparadas por Marx, os dirigentes do Comitê Central presentes no congresso
conseguiram suplantar o grupo numericamente forte dos mutualistas, obtendo
resultados favoráveis à intervenção do Estado nas relações de trabalho, com
reivindicações reformistas como a redução legal da jornada de trabalho para
oito horas.[42]
No congresso de Genebra, apesar
da oposição dos mutualistas, dos lassalianos e de alguns seguidores de Robert
Owen, também foi reconhecida a função fundamental dos sindicatos,[42] por constituírem
eficientes centros de organização e luta da classe trabalhadora, além de
"agentes organizados para a superação do sistema de trabalho assalariado e
domínio do capital".[43]
Greves e expansão
A partir do fim de 1866, as
greves se intensificaram em muitos países europeus. Embora alguns governos da
época atribuíssem a responsabilidade das greves à propaganda da Internacional,
a maior parte dos operários que delas participavam nem sequer sabia de existência
da Internacional, sendo os protestos motivados pelas precárias condições de
trabalho e de vida a que estavam submetidos.[44] Essas mobilizações
representaram o primeiro momento de confluência e coordenação com a
Internacional, que as apoiou com proclamações e apelos de solidariedade,
organizou coletas de dinheiro em favor dos grevistas e promoveu encontros para
bloquear as tentativas dos patrões de enfraquecer a resistência dos
trabalhadores.[44]
Foi em decorrência do papel
concreto desempenhado nesse período de greves e lutas do movimento operário que
os trabalhadores começaram a reconhecer a Internacional como lugar de defesa de
seus interesses comuns e a solicitar sua filiação.[45] A primeira grande luta
vencida com seu apoio foi a dos bronzistas de Paris, cuja greve durou de
fevereiro a março de 1867.[44] Também obtiveram resultado vitorioso as greves
dos ferreiros de Marchienne, em fevereiro de 1867; dos mineradores da Provence,
de abril de 1867 a fevereiro de 1868; dos carvoeiros de Charleroi e dos
pedreiros de Genebra, ambas na primavera de 1868.[44] Em cada um desses
acontecimentos, houve coleta de dinheiro em apoio aos grevistas da parte dos
trabalhadores de outros países, que também se comprometiam a não aceitar
qualquer trabalho como substitutos de grevistas,[44] forçando assim os patrões
a buscar um compromisso e a aceitar muitas das reivindicações dos operários.
Logo após o sucesso dessas lutas, centenas de novos trabalhadores aderiram à
Internacional nas cidades onde haviam ocorrido as greves.[44]
Apesar das dificuldades derivadas
da heterogeneidade dos países, línguas e culturas políticas, a Internacional
conseguiu reunir e coordenar muitas organizações e lutas nascidas
espontaneamente, indicando a necessidade da solidariedade de classe e da
cooperação internacional, superando o caráter parcial dos objetivos e das
estratégias do movimento operário.[44]
A partir de 1867, reforçada pelo
sucesso na obtenção de resultados positivos para o movimento operário, pelo
aumento no número de militantes e por uma eficiente estrutura organizacional, a
Internacional avançou em toda a Europa, sobretudo na França, onde a greve dos
bronzistas parisienses teve grande impacto, chegando a atingir mil associados
em Paris e superando os quinhentos em Lion e Viena, além da abertura de sete
novas seções, uma das quais na Argélia, embora contando apenas com operários
franceses.[44] As adesões multiplicaram-se também na Bélgica, em decorrência
das greves, e na Suíça, onde ligas operárias, cooperativas e sociedades
políticas aderiram com entusiasmo à Internacional.[44]
Apesar do crescimento da
organização em toda a Europa, a Inglaterra continuou a ser o país onde a
Internacional conquistara maior presença.[44] No decorrer de 1867, a filiação
de outra dezena de organizações elevou o número de seus membros para 50 mil,
cifra impressionante para a época, quando o total de trabalhadores ingleses
sindicalizados era cerca de 800 mil.[46] Essa cifra também corresponde ao mais
elevado número de inscritos já atingido pela Internacional em termos absolutos,
ainda que não em proporção à totalidade da população, em um único país.[44]
Todavia, os anos posteriores da organização na Inglaterra foram marcados por
alguma estagnação, pois a Internacional não conseguiu atrair os operários da
indústria e os trabalhadores não especializados, à exceção dos escavadores, que
aderiram à organização logo após a greve de 1866.[47] Contribuiu também para a
estagnação da Internacional na Inglaterra o processo de institucionalização do
movimento operário resultante do Reform Act, na sequência da batalha travada
pela Reform League, a qual alargou o direito ao voto a mais de um milhão de
trabalhadores ingleses.[47] Desse momento em diante, os governantes do país
privilegiaram um caminho reformista, enquanto os trabalhadores ingleses
começaram a sentir-se parte integrante da sociedade e passaram suas forças do
conflito social para a mudança pacífica.[48] Nos outros países europeus, porém,
a situação era totalmente distinta. Na Confederação Alemã, a contratação
coletiva era quase inexistente; na Bélgica, as greves eram violentamente
reprimidas pelo governo; na Suíça, as greves não eram também toleradas; e na
França, embora a greve tivesse sido declarada legal em 1864, as primeiras
organizações sindicais operavam sob severas restrições.[47]
Congresso de Lausanne de 1867
O segundo congresso da
Internacional foi realizado em Lausanne, entre 2 e 8 de setembro de 1867,
recebendo 64 delegados provenientes da Inglaterra, França, Suíça, Alemanha,
Bélgica e Itália.[49] Entre eles, houve uma presença significativa dos
mutualistas, que impuseram à agenda do congresso temas tipicamente
proudhonianos, como a discussão sobre o movimento cooperativo e o uso
alternativo do crédito.[49] Entre outras questões discutidas, estava uma
relativa à guerra e ao militarismo.[49] No curso dos debates, o delegado de
Bruxelas, César de Paepe, um dos mais ativos militantes e teóricos da
Internacional, formulou pela primeira vez a ideia segundo a qual as guerras são
inevitáveis num regime de produção capitalista, ao afirmar que "enquanto
houver os princípios de nacionalidade e patriotismo continuará a haver guerra;
enquanto houver distinção de classes continuará a haver guerra. A guerra não é
apenas produto da ambição de um monarca; [...] a verdadeira causa da guerra são
os interesses de alguns capitalistas; a guerra é o resultado da falta de
equilíbrio no mundo econômico e no mundo político. Se o Congresso de Genebra
acredita que se possa alcançar paz no atual contexto social, é
ilógico".[50]
Também houve uma discussão sobre
a emancipação das mulheres,[51] e o congresso votou a favor de um relatório
declarando que "os esforços das nações devem visar à propriedade estatal
dos meios de transporte e de circulação",[52] primeira declaração
coletivista aprovada em um congresso da Internacional. Todavia, a oposição dos
mutualistas à socialização da propriedade obteve a maioria dos votos e a
discussão aprofundada sobre o tema foi adiada para o congresso seguinte.[49]
Congresso de Bruxelas de 1868
Na Internacional, desde a sua
fundação, as ideias de Proudhon haviam sido hegemônicas na França e em outras
regiões de língua francesa, como a Suíça romanda, a Valônia e a cidade de
Bruxelas.[53] Os mutualistas, liderados por Henri Tolain e Ernest Édouard
Fribourg, conseguiram deixar uma marca na reunião de fundação da organização,
em 1864, na conferência de Londres de 1865, e nos congressos de Genebra e
Lausanne.[53] Os mutualistas compunham a ala mais moderada da Internacional e
defendiam que a emancipação econômica dos trabalhadores seria alcançada por
meio da fundação de cooperativas de produção, financiadas por um banco popular
central, além de serem contrários à intervenção do Estado em qualquer questão e
atribuíam um caráter negativo à prática de greves como um método de luta,[53]
em antagonismo às diretrizes e teses do Conselho Geral.
Marx desempenhou vários esforços
para reduzir a influência das ideias de Proudhon no interior da Internacional;
e suas ideias foram fundamentais para o amadurecimento teórico dos dirigentes
da organização, além de ter tido a capacidade política de afirmá-las, vencendo
confrontos internos.[54] Com respeito à cooperação, por exemplo, Marx já havia
declarado, em 1866, nas suas intruções para os delegados do Conselho Central
provisório, que "para converter a produção social num sistema amplo e
harmonioso de trabalho livre e cooperativo são necessárias mudanças sociais
gerais, mudanças das condições gerais da sociedade",[55] que não poderiam
"ser realizadas a não ser pela transferência das forças organizadas da
sociedade dos capitalistas e proprietários fundiários aos próprios
produtores",[55] e além disso, recomendava aos trabalhadores que se empenhassem
na "produção cooperativa, em vez de lojas cooperativas", pois essas
últimas "atingem apenas a superfície do atual sistema econômico, ao passo
que a primeira ataca seus alicerces".[55]
Além da oposição de Marx às
ideias proudhonistas, muitos operários também eram contrários a tais
ideias.[54] As lutas proletárias da época indicavam aos trabalhadores que a
greve era a resposta imediata e necessária não só para melhorar as condições
existentes, mas também para reforçar a consciência de classe que diversas
tendências do movimento operário consideravam indispensável para construir a
"sociedade do futuro",[54] o que acabou convencendo os próprios
mutualistas de que era não era possível separar a questão social e econômica da
questão política, o que ia encontro às ideias de Proudhon.[56]
O congresso de Bruxelas,
realizado entre 6 e 13 de setembro de 1868, que contou com 99 delegados
provenientes da França, da Inglaterra, da Suíça, da Alemanha, da Espanha e da
Bélgica[54] consolidou o enfraquecimento dos setores mutualistas na
Internacional. Foram aprovadas nesse congresso resoluções sobre a socialização
dos meios de produção, inclusive da propriedade fundiária, além da estatização
das minas, transportes, canais, estradas e telégrafos,[57] e de algumas
considerações em relação ao meio ambiente, que declaravam que "o abandono
das florestas a indivíduos privados causa a destruição das matas necessárias à
conservação das fontes e das boas qualidades do solo, assim como da saúde e da
vida da população"[57] e que "o congresso acredita que as florestas
devem permanecer como propriedade da sociedade".[57] A aprovação dessas
resoluções representou uma importante vitória para o Conselho Geral, e a
primeira manifestação de princípios propriamente socialistas no programa
político de uma vasta organização do movimento operário.[58]
Ainda no congresso de Bruxelas
foi novamente discutida a questão da guerra. Foi aprovada uma resolução que
dizia que "os trabalhadores são os únicos que tem um interesse evidente e
lógico na abolição definitiva de qualquer guerra, tanto econômica quanto
política, tanto individual como nacional, porque são eles, no fim das contas,
que devem sempre pagar com seu sangue e seu trabalho o acerto de contras entre
os beligerantes, não importando se estão do lado dos vencedores ou no dos
vencidos",[59] e que os operários, portanto, considerar toda guerra
"como uma guerra civil".[59] Além disso, foi sugerido por César de
Paepe o uso da greve geral como instrumento contra a guerra.[60]
Congresso da Basileia de 1869
Delegados do congresso da
Basileia.
Se o congresso de Bruxelas marcou
um notável enfraquecimento das ideias mutualistas no interior da Internacional,
o congresso da Basileia consumou esse processo, erradicando o mutualismo
proudhoniano até mesmo da França, país onde até então tais ideias eram
praticamente hegemônicas.[61]
O congresso foi realizado entre 5
e 12 de setembro do ano de 1869, e contou com a presença de 78 delegados,
provenientes da Suíça, Alemanha (entre eles Wilhelm Liebknecht, do Partido
Social Democrata dos Trabalhadores Alemães), Inglaterra, França, Espanha,
Itália, Áustria e Bélgica, além de um representante do Sindicato Nacional dos
Trabalho dos Estados Unidos.[61]
As resoluções sobre a propriedade
fundiária, aprovadas em Bruxelas no ano anterior, foram confirmadas numa nova
votação, aprovada por 54 delegados com apenas 4 contrários e 13 abstenções; o
novo texto, no qual é declarado que "a sociedade tem o direito de abolir a
propriedade individual do solo e de dá-lo à comunidade"[62] foi acolhido
também pelos delegados franceses, dos quais onze deles votaram à favor da
proposta, entre eles, Louis Eugène Varlin, que mais tarde se tornaria um dos
protagonistas da Comuna de Paris.[63] Dez se abstiveram e quatro votaram
contra, entre eles, Henri Tolain.[63] Depois do congresso da Basileia, o
mutualismo deixou de exercer influência nos setores franceses da
Internacional.[63]
O congresso da Basileia também
contou com a presença do delegado Mikhail Bakunin, que viria a exercer grande
influência no interior da Internacional.[64] Em setembro de 1868, ele havia
fundado em Genebra a Aliança da Democracia Socialista, organização que, em
dezembro daquele ano, apresentou um pedido de adesão à Internacional,
inicialmente rejeitado, sob o argumento de que a Aliança da Democracia
Socialista também era uma organização internacional por si mesma, e apenas
organizações nacionais eram permitidas enquanto membros na Internacional. A
Aliança foi dissolvida e os vários grupos que a formavam uniram-se à
Internacional separadamente.[65]
Bakunin conquistou rapidamente
notável influência em várias seções suíças, espanholas, francesas, e depois da
Comuna de Paris, italianos;[64] e já na Basileia, conseguiu influir sobre o
êxito do congresso, como demonstra o voto sobre o direito de herança,[66]
primeiro caso em que os delegados rejeitaram uma proposta do Conselho Geral.
Divergências entre Marx e Bakunin
Mikhail Bakunin.
Desde o congresso de Basileia e
com a crescente influência de Bakunin no interior da Internacional, tornaram-se
comuns divergências entre seus partidários e os de Karl Marx e até mesmo
conflitos pessoais entre as duas personalidades, o que se agravou após a
realização do congresso de Haia, que levou a organização à sua cisão e crise em
1872.[67] Com frequência, Marx preferiu ridicularizar e caluniar as posições de
Bakunin, enquanto o anarquista russo comumente se valia de insultos e acusações
pessoais.[67][68]
Apesar das convergências quanto à
necessidade de abolir as classes e o poder político do Estado na sociedade
socialista, os dois lados divergiam radicalmente sobre as questões cruciais do
caminho a se tomar e das forças sociais requeridas para efetuar a
transformação.[69] Sobre esses temas fundamentais, Marx e Bakunin tinham
concepções radicalmente distintas. Enquanto para Marx o sujeito revolucionário
por excelência era uma classe particular, o proletariado fabril, Bakunin
voltava-se à masse em geral, à "grande ralé popular, quase impoluta pela
civilização burguesa, que carrega em seu interior e em suas aspirações, em
todas as necessidades e misérias de sua vida coletiva, todas as sementes do
socialismo do futuro".[70] Além disso, Marx acreditava que a transformação
social precisava ser acompanhada de determinadas condições históricas, de uma
organização eficiente e de um longo processo para chegar à formação da
consciência de classe entre as massas,[71] enquanto Bakunin acreditava que
"a grande ralé popular" era dotada de "um instinto tão
invencível quanto justo, por si só suficiente para inaugurar e fazer triunfar a
revolução social".[70]
O dissenso entre Marx e Bakunin
se manifestou também na identificação dos instrumentos mais adequados para a
realização do socialismo. Bakunin acreditava na ação direta e passou uma parte
significativa da sua vida militante criando sociedades secretas, ou
organizações compostas por um grupo restrito de pessoas, sobretudo
intelectuais, um "Estado-maior revolucionário, composto de indivíduos
dedicados, enérgicos, inteligentes, e acima de tudo, amigos sinceros do povo",[72]
que preparariam a insurreição e fariam a revolução.[73] Marx acreditava que a
revolução se daria com a conquista do poder político do proletariado, estando
convencido de que as sociedades secretas "contrastam com o desenvolvimento
do movimento operário",[74] porquanto, "em vez de educar os
operários, submetem-nos a leis autoritárias e místicas, que obstaculizam sua
autonomia e conduzem sua consciência numa direção equivocada".[74] Bakunin
opôs-se a toda ação política da classe operária que não visasse diretamente à
revolução, inclusive a mobilização por reformas sociais e a participação em
eleições, enquanto Marx não desprezava a luta por reformas e objetivos
parciais, embora com a convicção de que estes deveriam servir para reforçar a
classe operária na luta para derrubar o modo de produção capitalista, e não
para integrá-la ao sistema.[75] Bakunin acreditava que a Internacional deveria
pôr na base de seu programa "a organização da solidariedade internacional
para a luta econômica do trabalho e contra o capital",[76] de forma a
conduzir o proletariado "para fora da política do Estado e do mundo
burguês"[77] e rejeitava veementemente o conceito marxista de ditadura do
proletariado, argumentando que qualquer revolução deveria ser liderada diretamente
pelo povo, enquanto qualquer "elite esclarecida" só deveria exercer
influência discreta, "jamais impondo-se na forma de uma ditadura a outrem,
e nunca se aproveitando de qualquer direitos oficiais, em termos de benefício
ou significância".[78] Bakunin defendia que o Estado deveria ser
imediatamente abolido porque todas as formas de governo eventualmente levariam
à opressão.[79]
“ Eles [os marxistas] defendem que nada além
de uma ditadura - a ditadura deles, é claro - pode satisfazer o desejo das
pessoas, enquanto nossa resposta para isso é: nenhuma ditadura pode ter
qualquer outro objetivo para além de sua autoperpetuação, ela pode apenas levar
à escravidão o povo que tolerá-la; a liberdade só pode ser criada através da
liberdade, isto é, por uma rebelião universal das pessoas e da organização
livre das multidões de trabalhadores de baixo para cima. ”
Marx via a ideia de "abolir
o Estado por decreto" como ingênua, por não acabar com as condições
sociais que fazem do Estado uma necessidade e realidade, além de julgar Bakunin
incapaz de distinguir o poder burguês do poder proletário.[81] No artigo
"A indiferença em matéria política", publicado em dezembro de 1873 no
jornal italiano Almanacco Repubblicano, para contrastar a hegemonia do
anarquismo no movimento operário da Itália, Marx afirmara polemicamente:
“ Se a luta política da classe operária assume
formas violentas, se os operários substituem pela sua ditadura revolucionária a
ditadura da classe burguesa, então, segundo Bakunin, eles cometem o terrível
delito de leso princípio; pois para satisfazer suas miseráveis necessidades
cotidianas, para quebrar a resistência da classe burguesa, em vez de abaixar as
armas e abolir o Estado, eles lhe dão uma forma revolucionária e transitória. ”
Apesar de os conflitos entre os
partidários e personalidades de Marx e Bakunin terem polarizado a Internacional
em dois grupos distintos,[1] é incorreto afirmar que a futura crise da
organização tenha se dado apenas por esse motivo.[83] Mudanças no contexto
histórico da época também levaram a organização ao seu declínio.[83] O
crescimento e a transformação das organizações do movimento operário, o fortalecimento
dos Estados-nação, causado pela unificação nacional da Itália e da Alemanha, a
expansão da Internacional em países como a Espanha e a Itália, com condições
econômicas e sociais muito diferentes daquelas da Inglaterra e da França, onde
a organização havia nascido, a definitiva virada moderada do sindicalismo
inglês e a repressão que se seguiu à queda da Comuna de Paris acabaram tornando
a configuração original da Internacional inapropriada para aquele contexto,[83]
ajudando a acelerar a crise da organização.
Desenvolvimento da organização na
Europa e oposição à Guerra-Franco Prussiana
O período entre o fim dos anos
1860 e o início dos anos 1870 foram marcados por vários conflitos sociais.
Nesse ínterim, muitos dos trabalhadores que tomaram parte nos protestos
resolveram dirigir-se à Internacional, cuja fama difundia-se cada vez mais
entre o movimento operário, solicitando a ela a intervenção em favor de sua
luta.[64] Apesar de seus recursos limitados, o Conselho Geral jamais deixou de
responder às instância que o procuraram, manifestando-se por meio da redação de
apeles de solidariedade endereçados a todas as suas seções europeias e
organizando coletas de fundos. Em março de 1869, por exemplo, o Conselho Geral
interveio em resposta aos 800 tecelões e tingidores da Basileia que haviam
recorrido à Internacional solicitando apoio a sua greve, e, apesar de não ter
conseguido enviar mais do que 4 libras esterlinas, graças a uma circular,
conseguiu recolher mais 300 libras entre os diversos grupos de operários em
muitos países.[64] A Internacional ainda teve papel significativo na luta dos
operários da indústria mecânica de Newcastle pela redução da jornada de
trabalho para nove horas, onde foi determinante a mediação política de dois
emissários da organização, James Cohen e Johann Eccarius, que conseguiram
debelar a tentativa dos patrões de substituir os grevistas ingleses por
trabalhadores de outros países europeus. Desde o sucesso dessa luta, que se
tornou um caso de dimensões nacionais, os patrões desistiram de recrutar
trabalhadores do outro lado do canal da Mancha para substituir grevistas,
prática recorrente até então.[84]
Em 1869, a Internacional obteve
significativa expansão em toda a Europa. A Inglaterra, no entanto, foi uma
exceção. O congresso dos sindicatos ingleses, reunidos em Birmingham em agosto,
enviou uma recomendação a todas as suas organizações afiliadas para que
aderissem à Internacional; porém, o apelo não foi atendido e o número de
adesões permaneceu mais ou menos igual àquele atingido em 1867.[85] Também os
dirigentes sindicais ingleses, moderados e pouco propensos a questões
teóricas,[86] mostraram um interesse limitado nos confrontos da organização.
Em todos os países europeus em
que a Internacional obteve alguma força, seus militantes deram vida a
organizações independentes daquelas já existentes. De acordo com sua grandeza,
estas assumiram a força de seções locais e/ou de federações nacionais.[85] Na
Inglaterra, ao contrário, a Internacional teve uma configuração distinta: era
constituída de sindicato, que, naturalmente, jamais desmantelaram suas
estruturas, e além disso, o Conselho Geral, com sede em Londres, desempenhava a
dupla função de centro da organização e de liderança para a Inglaterra.[85] De
qualquer modo, as filiações sindicais na Inglaterra mantiveram cerca de 50 mil
trabalhadores em sua órbita de influência, de modo que, no fim da década de
1860, a Internacional encontrava-se reforçada em toda a Europa.[85]
Devido à repressão imperial, o
ano de 1868 na França ficou caracterizado por uma forte crise da Internacional,
que, com a única exceção de Rouen, teve todas as suas seções extintas.[85] Em
contrapartida, o ano seguinte foi o de reorganização da associação no país.
Após o congresso da Basileia, Tolain deixou de representar a figura de ponta da
organização e surgiram novos dirigentes, entre eles, Eugène Varlin, que
abandonara suas antigas convicções mutualistas.[85] O ano de 1870 foi o momento
de expansão máxima da Internacional na França. Estima-se que em Paris a
organização tivesse em suas fileiras cerca de 10 mil membros, muitos dos quais
aderiram à Internacional por meio de sociedades cooperativas, câmaras sindicais
e sociedades de resistência; na cidade de Lion, onde em setembro de 1870, após
uma sublevação, uma comuna havia sido proclamada e violentamente reprimida, as
estimativas seriam de 3 mil trabalhadores, o mesmo número de Rouen; ao passo
que em Marselha eram mais de 4 mil.[87] A partir de 1870, testemunhando a
popularidade da organização entre os operários, blanquistas começaram a aderir
à associação.[87] Também houve um pedido de adesão por parte do grupo
Proletários Positivistas de Paris,[88] que foi negado, porquanto a
Internacional não aceitava a filiação de grupos que se definiam por sua
tendência política.[89]
Na Bélgica, o período que se
seguiu ao congresso de 1868, realizado em sua capital, distinguiu-se pela
ascensão do sindicalismo, o êxito vitorioso das greves e a adesão à
Internacional de várias sociedades operárias.[87] O número máximo de inscritos
atingiu seu máximo no começo dos anos 1870, quando chegou a cerca de 30
mil.[90]
Logotipo da Federação do Jura.
O progresso da Internacional
manifestou-se também na Suíça durante esse período. Em 1870, o número total de
seus militantes chegou a 6 mil.[19] Na cidade de Genebra, existiam 34 seções
para um total de 2 mil filiados; enquanto na região do Jura eram cerca de
800.[19] Porém, não tardou até que as teorias de Bakunin começassem a exercer
influência e dividissem a organização em dois grupos.[19] Ambos os grupos se
confrontaram no Congresso da Federação Romanda, realizado e abril de 1870,
propriamente para deliberar sobre a decisão de acolher no interior da federação
a Aliança da Democracia Socialista.[91] A impossibilidade de conciliar a
disputa entre os dois grupos determinou a realização de dois congressos
paralelos, e somente após a intervenção do Conselho Geral conseguiu-se uma
trégua.[19] O grupo que se alinhava às posições de Londres, levemente minoritário,
conservou o nome de Federação Romanda, e teve como destaque Nikolai Utin,
fundador da primeira seção russa da Internacional,[92] na cidade de Genebra, e
também Johann Philipp Becker, que apesar de ter colaborado com Bakunin de
meados de 1868 até fevereiro de 1870, conseguiu evitar que na Suíça a
organização caísse inteiramente sob sua influência.[19] O outro grupo, ligado a
Bakunin, assumiu o nome de Federação do Jura,[19] e sua consolidação apresentou
uma etapa importante na construção de uma corrente anarquista e coletivista no
interior da Internacional. Sua figura de maior destaque foi James Guillaume,
que viria a ser um dos principais opositores do Conselho Geral após 1871.[19]
Giuseppe Fanelli, no centro e ao
fundo, e o grupo fundador da Primeira Internacional em Madrid, em outubro de
1868.
Logotipo da Internacional usado
pela Federação Espanhola.
Nesse período, as ideias de
Bakunin começaram a difundir-se em vários países, sobretudo no sul da Europa. O
país em que obtiveram o consenso mais rapidamente foi a Espanha.[19] Na
Península Ibérica, com efeito, a Internacional nasceu graças à iniciativa do
anarquista napolitano Giuseppe Fanelli, que, entre outubro de 1868 e meados de
1869, a convite de Bakunin, viajou a Barcelona e Madrid para fundar seções da
Internacional e grupos da Aliança da Democracia Socialista, na qual o italiano
também militava.[19] A viagem obteve resultados positivos, porém também geraram
confusão, pois Fanelli, de fato, difundiu tanto os documentos da Internacional
quanto os princípios da Aliança da Democracia Socialista, o que fez com que os
operários fundassem a Internacional com os princípios da Aliança da Democracia
Socialista.[93] Apesar disso, a propaganda de Fanelli mostrou-se útil, uma vez
que favoreceu a formação de importantes dirigentes para associação, como
Anselmo Lorenzo; além disso, as ideias da Internacional encontraram na Espanha
um movimento operário em formação, disposto a organizar-se e a lutar.[93] Já no
tempo do congresso da Basileia, de fato, o delegado Rafael Farga i Pellicer
pôde referir-se à existência de cerca de uma dezena de seções espanholas.[93]
Na Alemanha, as coisas tomaram um
rumo totalmente diverso. Apesar de o movimento operário daquele país já contar
com duas organizações políticas (a Associação Geral dos Trabalhadores Aleamães,
de orientação lassiana, e o Partido Social Democrata dos Trabalhadores da
Alemanha, de orientação marxista), seu entusiasmo pela Internacional foi
mínimo, assim como foram escassos os pedidos de adesão.[93] Pelo temor de
possíveis perseguições da parte do governo, durante os três primeiros anos de
vida da Internacional os militantes alemães quase ignoraram a existência da
organização.[93] A partir de 1868, paralelamente à fama e aos sucessos que a
Internacional começou a obter em outros países europeus, esse cenário se
alterou, e os dois partidos alemães, em concorrência recíproca, ambicionaram
representar a ala nacional.[93] Na disputa com os lassalianos, Liebknecht
tentou usar a proximidade de sua organização com as posições de Marx, mas a
adesão do Partido Social Democrata dos Trabalhadores da Alemanha à
Internacional, foi, na verdade, mais formal do que real.[93] Dos cerca de 10
mil membros que estavam registrados nesse partido apenas um ano após sua
fundação, aqueles que se filiaram à Internacional foram apenas algumas
centenas.[94] Além de aspectos legais, o forte nacionalismo dos alemães, que
aumentou ainda mais na década de 1870, aliado a maior preocupação com questões
internas, também pesaram para a baixa aceitação da Internacional na
Alemanha.[95]
Em 1869, se deu a fundação de
novas seções da Internacional e o crescimento da organização na Holanda e na
Itália, além da criação de seções nos Estados Unidos, onde a iniciativa foi
dada por alguns imigrantes europeus.[96] Todavia, a organização nos Estados
Unidos foi comprometida, desde seu nascimento, por duas limitações que jamais
foram superadas: ela não conseguiu aplacar o caráter nacionalista dos vários
grupos que a ela aderiram, e tampouco atrair operários nativos.[96]
Nesse cenário de dimensão
universal, ainda que marcado por evidentes contradições e pelo seu desigual
desenvolvimento nos diversos países, a Internacional se preparava para a
realização de seu quinto congresso, em setembro de 1870, a princípio, previsto
para ser sediado em Paris; porém a repressão exercida pelo governo francês fez
com que o Conselho Geral cogitasse transferi-lo para a cidade de Mainz.[96]
Todavia, a Guerra Franco-Prussiana, deflagrada a 19 de julho de 1870, forçou a
suspensão do congresso.[96]
O estouro de uma guerra no centro
da Europa impôs à Internacional definir uma prioridade absoluta: ajudar o
movimento operário a exprimir uma posição independente e distante da retórica
nacionalista da época.[96] Na Primeira Mensagem do Conselho Geral sobre a
Guerra Franco-Prussiana, Marx proclama aos operários franceses para derrubarem
Luís Bonaparte e o império por ele instaurado, ao mesmo tempo que pede aos
trabalhadores alemães que impeçam que a derrota de Bonaparte se convertesse num
ataque ao povo francês:[4]
“ Em contraste com a velha sociedade, com suas
misérias econômicas e seu delírio político, uma nova sociedade está
desabrochando, uma sociedade cuja regra internacional será a paz, porque em
cada nação governará o mesmo princípio - o trabalho! A pioneira dessa nova
sociedade é a Associação Internacional dos Trabalhadores. ”
Esse texto, impresso em Genebra
com tiragem de 30 mil cópias (15 mil para a Alemanha e 15 mil para a
França)[97] foi a primeira grande declaração de política exterior da
Internacional.[97] Um dos que manifestaram entusiasticamente seu apoio a esse
documento foi John Stuart Mill: "não há uma única palavra fora do lugar e
não poderia ter sido escrito de modo mais sucinto".[98]
Os líderes do Partido Social
Democrata dos Trabalhadores da Alemanha, Wilhelm Liebknecht e August Bebel,
foram os únicos membros do parlamento na Confederação Alemã que votaram contra
o orçamento de guerra,[97] e também várias seções da Internacional na França
difundiram mensagens de amizade e solidariedade aos trabalhadores alemães.[97]
A Internacional e a Comuna de
Paris
Communards erguem suas barricadas
para defender a cidade.
A derrota francesa na Batalha de
Sedan, em setembro de 1870, levou a queda do imperador Napoleão III e a
formação de um governo republicano que passou a ser presidido por Adolphe
Thiers, em janeiro de 1871. Uma eleição foi convocada para a Assembleia
Nacional, e a maioria dos deputados eleitos em fevereiro do mesmo ano era
conservadora e ligada aos proprietários rurais.[99] Porém, em Paris,
diferentemente do resto da França, o descontentamento popular era mais intenso,
o que permitiu que as forças republicanas e progressistas vencessem por ampla
maioria na capital francesa.[100]
Ao mesmo tempo, os exércitos
prussianos, que se encontravam em território francês, impuseram um cerco a
Paris. A população da capital havia organizado diversas manifestações contra a
derrota do exército frente aos prussianos e também por melhorias nas condições
de vida e trabalho a que estava submetida. A Guarda Nacional Francesa também
estava verificando um ascenso de insatisfações em seu seio, chegando a formar,
a partir de comitês locais de destacamento, uma estrutura federativa que
culminou, após algumas assembleias, na formação do Comitê Central da Guarda
Nacional.[99] Thiers, que havia assinado um armistício com o chanceler
prussiano Otto von Bismarck em 26 de fevereiro, decidiu transferir a sede do
governo para Versalhes, pretendendo retomar a capital que havia fugido de seu
controle[99][101] e desarmar a população.[100] A ação intensificou a
insatisfação popular, que somada à incapacidade dos exércitos franceses de
defender a capital, levou a população mais pobre de Paris a assumir o governo
da cidade de forma autônoma, proclamando a Comuna de Paris, após uma revolta
que atingiu também a Guarda Nacional, que se insurgiu em 18 de março de 1871,
ficando ao lado da população.[101] A Comuna de Paris foi o primeiro governo
operário da história[101] e mais tarde viria a ser considerada como um dos
eventos políticos mais importantes do movimento operário do século XIX.[100]
Foram proclamadas, também, comunas em Lion, Marselha, Toulouse e algumas outras
cidades que, entretanto, existiram por pouco tempo.[102]
Apesar da defesa convicta e da
participação de diversos membros da Internacional na Comuna de Paris,[101] a
organização não impulsionou os parisienses à insurreição e nem exerceram uma
influência decisiva sobre a Comuna[103] e a liderança da Comuna de Paris esteve
nas mãos da ala radical-jacobina.[104] Logo após a proclamação da comuna, foram
convocadas eleições municipais para 26 de março, na qual foram eleitos 85
representantes, dos quais 15 moderados e 4 radicais que renunciaram
imediatamente e não participaram do Conselho da Comuna.[104] Dos 66 restantes,
11 eram revolucionários sem clara orientação política; 14 provinham do Comitê
Central da Guarda Nacional; 15 eram radicais-republicanos e socialistas; 9,
blanquistas; e 17 eram membros da Internacional.[105] Entre estes, estavam
Édouard Vaillant, Benoît Malon, Auguste Serraillier, Jean-Louis Pindy, Albert
Theisz, Charles Longuet, Louis Eugène Varlin e Leó Frankel.
A Comuna de Paris foi reprimida
com violência pelo exército de Versalhes. Durante a denominada "semana
sangrenta" (de 21 a 28 de maio), cerca de 10 mil communards foram mortos
em combate ou sumariamente justiçados. Os prisioneiros capturados superam 43
mil, e destes, 13 500 foram condenados à prisão, a trabalhos forçados ou à pena
de morte, ou então deportados para Nova Caledônia, enquanto cerca de 7 mil
presos conseguiram fugir e exilar-se na Inglaterra, na Bélgica ou na
Suíça.[106] A imprensa conservadora e liberal europeia acusou os communards de
numerosos crimes e atribuiu toda a responsabilidade dos acontecimentos à
Internacional; Thiers pôs a organização na ilegalidade e solicitou ao
primeiro-ministro inglês William Ewart Gladstone a adoção do mesmo
procedimento, enquanto na Suíça pressões semelhantes foram dirigidas ao governo
pelo papa Pio IX. Medidas contra a Internacional foram tomadas também no
Império Austro-Húngaro, na Bélgica, Dinamarca, Alemanha e na Itália.[106]
A crítica à Comuna de Paris
também foi feita por setores mais moderados do movimento operário. Em seguida
dos acontecimentos na França, os dirigentes sindicais reformistas Benjamin
Lucraft e George Odger, intimidados pela campanha de imprensa criada contra os
operários parisienses, desligaram-se da Internacional.[107] Todavia, nenhum
sindicato desfiliou-se da organização após o apoio da Internacional à
comuna.[107]
Apesar dos eventos dramáticos de
Paris e da dura repressão posta em ação pelos governos da Europa, a força da
Internacional aumentou após os acontecimentos da Comuna de Paris. A organização
passou a representar uma ameaça à ordem constituída pelas classes capitalistas
e pela burguesia, enquanto para os operários, representou uma esperança em um
mundo sem exploração e desigualdades econômicas.[108] A insurreição parisiense
deu força ao movimento operário, impulsionando-o a assumir posições mais
radicais e a intensificar a militância.[109]
O crescimento da Internacional se
manifestou por toda a parte. O número dos participantes das reuniões do
Conselho Geral foi duplicado, e os jornais ligados à organização aumentaram
tanto em número como em exemplares vendidos,[109] além de ter prosseguido com
sua expansão em nível local, crescendo na Bélgica e Espanha, países onde já
antes da Comuna de Paris haviam alcançado um nível de participação
considerável, e teve sua fundação formal na Itália, além da abertura de novas
seções em Portugal e na Dinamarca, onde conseguiu rapidamente unificar a grande
parte das recém-criadas organizações sindicais de Copenhague e da Jutlândia,
além da criação de seções de trabalhadores irlandeses na Inglaterra, assim como
a nomeação do dirigente operário Joseph Patrick McDonnell como secretário
correspondente da Irlanda junto ao Conselho Geral, e pedidos de adesão de
operários ingleses de Calcutá, de grupos de trabalhadores de Victoria, na
Austrália, de Christchurch, na Nova Zelândia e até de alguns artesãos
argentinos de Buenos Aires.[109]
Cisão e crise
Durante o cenário conturbado
gerado pela repressão à Internacional e ao movimento operário, que não permitia
a convocação de um novo congresso, o Conselho Geral decidiu promover uma
conferência em Londres, que realizou-se de 17 a 23 de setembro de 1871 com a
presença de 19 delegados vindos da Inglaterra, da Bélgica, da Suíça e da
Espanha, além de exilados franceses.[109] Apesar dos esforços para torná-la a
mais representativa possível, tratou-se, de fato, de uma reunião ampliada do
Conselho Geral.[109]
Desde sua convocação, Marx
anunciara que "nas presentes circunstâncias, a questão da organização era
a mais importante".[110] Ele expressou essa decisão durante a primeira
sessão dos trabalhos:
O Conselho Geral convocou uma
conferência para discutir com os delegados de vários países as medidas a serem
tomadas contra os perigos que ameaçam a Associação em muitos países, e para
avançar em direção a uma nova organização, que corresponda às necessidades da
situação. Em segundo lugar, para elaborar uma respostas aos governos que
trabalham ininterruptamente para destruir a Associação com todos os meios que
dispõem. E por fim, para resolver de uma vez por todas o conflito suíço.
—Karl Marx[111]
As prioridades da Conferência de
Londres foram a reorganização da Internacional, sua defesa da ofensiva
repressiva e obstaculizar a crescente influência de Bakunin na
organização.[109] Para realizar tais objetivos, Marx empenhou todos os seus
esforços, sendo um dos mais ativos delegados da conferência, tomando a palavra
por 102 vezes, refutando as propostas que não correspondiam a seus planos e
persuadindo indecisos.[112] A decisão de maior relevância tomada durante a
conferência, e pela qual ela seria depois lembrada, foi a aprovação da
Resolução IX, proposta por Vaillant e apoiada por Marx, que propunha a
transformação da AIT em um partido internacional centralizado e disciplinado,
sob a liderança do Conselho Geral.[110] Os partidários de Marx e Vaillant acreditavam
que tal resolução viria a construir um consenso mais amplo para as mudanças
tidas como necessárias em uma nova fase da luta de classes, em que "o
movimento econômico e a ação política do proletariado estariam
indissoluvelmente unidos";[113] já os anarquistas partidários de Bakunin,
se oporam à resolução, tomando-a como autoritária, nascendo daí uma oposição
formal ao Conselho Geral, após a convocação de um congresso para 12 de novembro
em Sonvilier pelos militantes da Federação do Jura. Nesse congresso, James
Guillaume e outros participantes acusaram o conselho geral de ter introduzido
na organização "o princípio de autoridade" e de haver alterado a
estrutura originária, transformando-a "numa organização hierárquica,
dirigida e governada por um comitê".[114] Os suíços declararam-se
"contra qualquer autoridade diretora, ainda que tal autoridade fosse
eleita e aprovada pelos trabalhadores", e destacaram que na Internacional
deveria ser conservado o "princípio de autonomia das seções", também
através do redimensionamento do Conselho Geral num "simples escritório de
correspondência e estatística".[114] Por fim, convocaram um congresso a
ser realizado o mais breve possível.[109]
Oposições às decisões do Conselho
Geral surgiram também em outros países, que foram recebidas como uma forte
ingerência na autonomia política local, e portanto, como uma imposição
inaceitável.[115] A Federação Belga, que durante a conferência havia tentado
construir uma mediação entre as partes, começou a adotar uma posição bastante
crítica em relação a Londres; em seguida, também os holandeses assumiram uma
posição de distanciamento crítico.[115] Ainda mais duras foram as reação na
Europa meridional, onde a oposição rapidamente obteve notáveis consensos. A
maior parte dos membros ibéricos da Internacional voltou-se contra as
resoluções do Conselho Geral e adotou as ideias de Bakunin,[115] bem como na
Itália, onde se assumiu a posição mais radical contra o Conselho Geral: não
participariam do próximo congresso da Internacional e estariam presentes apenas
em Neuchâtel, na Suíça, onde iriam propor a realização de um "congresso
geral antiautoritário".[116]
Na América, embora por razões
diferentes, a organização também viu explodir um sério conflito interno. No
decorrer de 1871, a Internacional havia crescido em várias cidades dos Estados
Unidos, alcançando um total de cerca de 2 700 militantes, divididos em 50
seções.[117] No ano seguinte, seu contingente aumentou ainda mais, ainda que o
número total (provavelmente cerca de 4 mil) constituísse uma parte minúscula ta
classe trabalhadora americana, que à época ultrapassava 2 milhões, pois a
organização não conseguiu atrair os trabalhadores nascidos nos Estados
Unidos.[118] A seus limites originários somaram os danos provocados pelos conflitos
internos. Em dezembro de 1871, de fato, os membros americanos da Internacional
se dividiram em dois grupos, ambos com base em Nova Iorque, onde se encontrava
grande parte dos militantes, e cada um destes grupos reivindicava ser o
representante legítimo da Internacional nos Estados Unidos.[118]
O primeiro grupo, inicialmente
mais numeroso e conhecido pelo nome de Spring Street Council, propunha uma
aliança entre os setores liberais da sociedade americana e contava com o apoio
de Johann Eccarius, secretário correspondente junto ao Conselho Geral; o
segundo, cuja sede era localizada no Tenth Ward Hotel, defendia o caráter
operário da Associação e tinha como expoente mais significativo Friedrich
Adolph Sorge.[118] Em março de 1872, o Conselho Geral tentou uma reconciliação
entre as partes e sugeriu a realização de um congresso unitário para o mês de
julho, mas a tentativa fracassou e em maio, a cisão tornou-se oficial.[118] O
grupo do Tenth Ward Hotel realizou seu congresso entre 6 e 8 de julho de 1872,
no qual foi fundada a Federação Americana, que contava com 950 filiados em 22
seções (12 alemãs, 4 francesas, 1 irlandesa, 1 para trabalhadores escandinavos
e apenas 3 de língua inglesa),[118] enquanto o Spring Street Council contava
com a maior parte dos outros militantes residentes em Nova Iorque. Porém, em
maio de 1872, alguns de seus membros aderiram à convenção do Partido por
Direitos Iguais (Equal Rights Party),[118] que lançou a candidatura de Victoria
Woodhull para a presidência dos Estados Unidos. A ausência de uma plataforma de
classe no programa do partido, que continha apenas promessas genéricas de
regulação das condições laborais e criação de postos de trabalho para os
desempregados, convenceu diversas seções a abandoná-lo, ficando apenas com 1.500
militantes.[118] Em julho, quando foi fundada em seu congresso a Confederação
Americana, não havia restado mais do que 13 seções com menos de 500 militantes,
sobretudo artesãos e intelectuais, que acabaram unindo-se a outras federações
que na Europa contestavam a linha do Conselho Geral.[118]
Apoiando as decisões do Conselho
Geral, estavam a maior parte dos membros ingleses da associação, os franceses
(sobretudo blanquistas), alemães e as recém-criadas seções na Dinamarca,
Irlanda, em Portugal e no Leste Europeu, na Hungria e Boêmia.[119] A oposição
ao Conselho Geral foi de diversos tipos e tornou a direção da organização
problemática. Além da grande influência das ideias de Bakunin em alguns países
e da capacidade política de Guillaume de congregar vários opositores, a
resolução da conferência de Londres foi tida por muitos como uma forte
imposição, pois a grande autonomia das várias realidades das quais se compunha
a Internacional era considerado um dos mais importantes princípios da
associação, não só pelo grupo ligado às ideias de Bakunin, mas por grande parte
das federações e seções locais, e longe do efeito benéfico que Marx imaginara,
as decisões tomadas na conferência de Londres em vez de resolver os conflitos
internos somente agravaram significativamente a crise da organização, porquanto
foi conduzida de modo rígido, sem avaliar adequadamente os contextos internos
da Internacional e também sem êxito ao tentar impedir o fortalecimento da ala
bakuninista.[120] Porém, apesar dos numerosos conflitos internos, 1872 foi o
ano em que a organização teve seu momento de maior expansão na Itália, na
Dinamarca, em Portugal e na Holanda, embora tenha sido desmantelada na França,
na Alemanhã e no Império Austro-Húngaro, e grande parte dos militantes da
associação ignoravam a gravidade dos conflitos que se davam no seio da
Internacional.[121]
Congresso de Haia de 1872
Friedrich Engels e Karl Marx no
Congresso de Haia em 1872.
Após três anos sem realizar
nenhum congresso devido à Guerra Franco-Prussiana, aos acontecimentos da Comuna
de Paris e à dura repressão que se seguiu a ela, a Internacional volta a
reunir-se entre 2 e 7 de setembro de 1872, no V Congresso Geral, realizado em
Haia. Participaram, do congresso, 65 delegados representando 14 países, sendo a
maioria compostas de franceses e alemães, com respectivamente 18 e 15
delegados, além de 7 delegados belgas, 5 ingleses, 5 espanhóis, 4 suíços, 4
holandeses e 2 austríacos, enquanto as seções da Dinamarca, Irlanda, Hungria,
Polônia e Austrália contaram cada uma com apenas um delegado.[122] O componente
autonomista, de oposição ao Conselho Geral, foi representado por 25 desses
delegados, todos provenientes da Bélgica, Espanha e Holanda, metade dos suíços
e alguns da Inglaterra, França e Estados Unidos.[122] Foi também o único
congresso em que Karl Marx e Friedrich Engels estiveram presentes, dirigindo-o
na ocasião.[123]
Todas as sessões do congresso
foram marcadas por irredutível antagonismo entre as duas posições contrapostas.
Os debates foram mais pobres do que aqueles dos dois congressos precedentes,
dominados a tal ponto pelos conflitos que os três primeiros dias de trabalhos
foram consumidos na resolução de problemas relativos à verificação das
credenciais dos presentes.[122] A representatividade dos delegados foi
absolutamente parcial, não espelhando as verdadeiras relações de força no
interior da organização.[122] Na Alemanha, por exemplo, não existiam
propriamente seções da Internacional, enquanto, na França, elas eram clandestinas,
o que tornava discutível a verificação dos mandatos de seus delegados, enquanto
outros participantes eram delegados do Conselho Geral e não representavam
nenhuma seção.[14]
A mais relevante e controversa
resolução tomada no Congresso de Haia foi a inclusão do artigo 7a[11] nos
Estatutos Gerais da Internacional, que colocava a conquista do poder político
como uma meta a ser alcançada pelos membros da Associação, juntamente com a
indicação de que o partido operário era um instrumento essencial para alcançá-la.[14]
Outra decisão polêmica foi a de conferir poderes mais amplos ao Conselho Geral,
que foi aprovada com 32 votos a favor, 6 contra e 12 abstenções, tornando a
situação intolerável para os opositores do Conselho Geral. A partir daquele
momento, o Conselho Geral tinha a tarefa de garantir em cada país a
"rígida observação dos princípios, estatutos e regras da
Internacional", e a ele se atribuía "o direito de suspender ramos,
seções, conselhos ou comitês federais e federações da Internacional até o
próximo congresso".[15]
Após aprovada tal resolução, pela
primeira vez na história da organização, por 47 votos a favor e 9 abstenções,
foi aprovada a decisão do Conselho Geral de expulsar uma organização: a seção
do Spring Street Council de Nova Iorque, motivada pelo princípio de que a
Internacional era "baseada na abolição das classes e não podia admitir
nenhuma seção burguesa".[124] Em seguida, também foram aprovadas as
expulsões de Bakunin (25 votos a favor, 6 contra, 7 abstenções) e James
Guillame (25 votos a favor, 9 contra, 8 abstenções), que foram propostas por
uma comissão de inquérito que descreveu a Aliança da Democracia Socialista como
"uma organização secreta, com estatutos completamente opostos aos da
Internacional".[16] Por outro lado, rejeitou-se a proposta de expulsão de
Adhémar Schwitzguébel, um dos fundadores e membros mais ativos da Federação do
Jura,[125] sobre o qual recaíram as mesmas acusações formuladas contra Bakunin
e Guillaume.
Na sessão matutina de 6 de
setembro, consumou-se o último ato da Internacional antes da cisão definitiva,
com Engels propondo que a sede do Conselho Geral fosse transferida para Nova
Iorque para o ano de 1873 e que ele fosse formado por membros do Conselho
Federal Americano,[126] defendendo a proposta ao argumentar que "em
Londres os conflitos entre os grupos haviam atingido um tal nível que o
Conselho Geral tinha de ser transferido para outro lugar"[127] e que Nova
Iorque era a melhor escolha em tempos de repressão. Outro fator importante para
a mudança foi a posição de Marx, que preferia ver a Internacional inativa ao
vê-la nas mãos de seus adversários políticos.[83] Os blanquistas opuseram-se
violentamente contra a decisão, argumentando que "A Internacional deveria
ser a organização insurrecional do proletariado" e que "quando um
partido se une para a luta sua ação é maior na medida em que seu comitê de
liderança é ativo, bem armado e poderoso",[128] além de terem sentido-se
traídos ao ver o Conselho Geral ser transferido "para o outro lado do
Atlântico enquanto o corpo armado estava lutando na Europa".[129]
Partindo do pressuposto de que
"a Internacional tivera um papel pioneiro na luta econômica", os
blanquistas desejavam que ela desempenhasse "um papel similar com respeito
à luta política" e sua transformação num "partido operário
revolucionário internacional".[130] Percebendo que não seria mais possível
exercer influência sobre o Conselho Geral, os blanquistas abandonaram o
congresso e, pouco tempo depois, a Internacional.[83] Além dos blanquistas,
muitos membros, mesmo alinhados ao Conselho Geral, votaram contra a mudança
para Nova Iorque, por entender que isso equivalia ao fim da Internacional como
estrutura operacional.[83] A decisão foi aprovada por apenas três votos (26 a
favor, 23 contra),[83] dando início a cisão definitiva da Internacional, que
viria a dividir-se em duas organizações, uma centralista, composta pelos
membros favoráveis a uma organização dirigida politicamente pelo Conselho
Geral, e outra autonomista, que reconhecia às seções a absoluta autonomia de
decisão.[131]
A Internacional centralista
Friedrich Sorge foi secretário
geral da Internacional centralista e um dos mais importantes membros da
Federação Americana.
Poucas forças na Europa se
aliaram com a Federação Americana em apoio ao novo Conselho Geral sediado em
Nova Iorque.[131] Entre elas, estavam a Federação Romanda e algumas seções de
língua alemã na Suíça, o Partido Social Democrata dos Trabalhadores da
Alemanha, as recentemente criadas seções austríacas e as federações de Portugal
e da Dinamarca.[131] Na Espanha, Itália e Holanda, no entanto, poucos se
aliaram ao novo Conselho Geral; na Irlanda a organização não se firmara, na
França em 1873 não existia nenhuma seção da Internacional e na Inglaterra, o
Conselho Federal Inglês dividiu-se em dois grupos, hostis entre si, que
reivindicavam representar a Internacional na Grã-Bretanha,[131] mas que
rapidamente entraram em declínio.[132]
O congresso geral dos
centralistas foi realizado em 1873 em Genebra, mesma cidade que havia sediado o
primeiro encontra da Internacional. Participaram do congresso trinta delegados,
entre os quais, pela primeira vez, duas mulheres.[132] Porém, quinze desses
delegados eram de Genebra e a representação de representantes de outros países
reduziu-se a um alemão, um belga e um austríaco.[132]
Nos Estados Unidos, não obstante
os esforços efetuados por Friedrich Sorge para manter a Internacional, a
Federação Americana estava muito próxima do colapso, devido a sua alarmante
situação financeira e ao declínio de seus filiados para menos de mil.[132]
Também a qualidade de seus documentos oficiais era precária, contendo
frequentes erros de ortografia, pois faltavam dirigentes capazes de escrever
adequadamente em inglês e francês.[132] Reduzida a ocupar-se exclusivamente de
questões relativas aos Estados Unidos, a Federação Americana não conseguiu,
apesar dos seus esforços, mobilizar os trabalhadores nativos, que alternaram
sentimentos de hostilidade e indiferença em relação à organização.[133] O fim
da Internacional centralista deu-se em 15 de julho de de 1876, quando 10
delegados representando 635 membros[134] reuniram-se na Filadélfia
pronunciando-se pela dissolução do Conselho Geral.[32]
A Internacional autonomista
Ver artigo principal:
Internacional de Saint-Imier
James Guillaume foi um dos
fundadores da Internacional autonomista e um dos líderes da oposição à linha
política do Conselho Geral.
Se a organização centralista
operou em apenas alguns poucos países e não deu nenhuma contribuição significativa
ao desenvolvimento do movimento operário e de discussões teóricas, a
Internacional autonomista, ao contrário, continuou a ser por alguns anos uma
realidade concreta e decisivamente mais ativa.[135] No congresso de
Saint-Imier, no qual tomaram parte além dos suíços também os italianos,
espanhóis e franceses, foi estabelecido que "ninguém tem o direito de
privar as federações e seções autônomas do incontestável direito de determinar
a si mesmas e seguir a linha de conduta política que elas creem ser a
melhor".[17] Essa declaração reuniu numa frente ampla todos os opositores
de Marx, que propuseram um "pacto de amizade, solidariedade e defesa
mútua" entre todas as federações que defendiam a autonomia federalista no
seio da Internacional.[17]
Nos meses sucessivos, a
organização recebeu numerosas adesões.[135] O baluarte dos autonomistas
continuou sendo a Espanha, que nem com as perseguições promovidas por Práxedes
Mateo Sagasta deixou de desenvolver-se; o congresso federal, realizado em
Córdoba, entre dezembro de 1872 e janeiro de 1873, mostrou uma organização em
plena expansão, formada por mais de cinquenta federações, compostas de mais de
trezentas seções, que reuniam um total de mais de 25 mil membros.[136] Além da
Espanha, a partir do fim de 1872, a Internacional autonomista expandiu-se em
novos países. Em dezembro, a Federação Belga, reunida em Bruxelas, depois de
haver declarado nulas as resoluções adotas em Haia, recusou-se a reconhecer o
Conselho Geral de Nova Iorque e subscreveu o pacto de Haia.[137] Em janeiro de
1873, aderiram à organização seções inglesas lideradas por Johann Eccarius,
seguidos, no mês seguinte, da Federação Holandesa.[138] Também mantiveram
contatos na França, Áustria e nos Estados Unidos.[139]
Além dos autonomistas formarem a
maioria de uma Internacional renovada, a organização formou também um
conglomerado das mais diversas doutrinas idelógicas: dela faziam parte tanto os
anarquistas suíços e italianos quanto os belgas liderados por César de Paepe,
que defendia um socialismo no qual o Estado popular (Volksstaat) deveria ter
maiores poderes e competências, a começar pela gestão de todos os serviços
públicos.[139] Ainda havia os ingleses, favoráveis não só à participação em
eleições como também à aliança com as forças burguesas mais progressistas, e
até mesmo lassalianos provenientes da Associação Geral dos Trabalhadores
Alemães.[139]
Os autonomistas realizaram seu
primeiro congresso (por eles definido como sexto, pois consideravam-se os
legítimos continuadores da Internacional[140]) em Genebra.[140] O congresso
reuniu 32 delegados, provenientes da Bélgica, Espanha, França, Itália, Inglaterra,
Holanda e Suíça, e ocorreu de 1 a 6 de setembro de 1873, uma semana antes do
congresso dos centralistas, e declararam que sua reunião abria "uma nova
era na Internacional".[141] Por unanimidade, aboliram o Conselho Geral e
pela primeira vez numa reunião da Internacional houve um debate sobre a
sociedade anarquista.[142] Além disso, foi proposta a ideia de greve geral para
a realização da revolução social, lançando um dos princípios básicos do
anarcossindicalismo.[143]
O congresso seguinte foi realizado
em Bruxelas, de 7 a 13 de setembro de 1874 e contou com a participação de 16
delegados, entre os quais um inglês (Eccarius), um espanhol e o restante,
belgas. Entre os 14 delegados belgas, dois possuíam o mandato de uma seção
francesa (Paris) e de uma italiana (Palermo), enquanto dois eram alemães, à
época residentes na Bélgica.[140] Estes últimos eram lassalianos, e um deles,
Karl Frohme, representante da Associação Geral dos Trabalhadores Alemães.[140]
Apesar das divergências entre todas as tendências presentes na nova
Internacional, Guillaume motivou a presença de todas as tendências socialistas
no seio da organização, referindo-se às novas regras aprovadas pelo congresso
de Genebra de 1873, segundo as quais os trabalhadores de cada país podiam escolher
livremente o modo que julgavam o mais justo para obter sua própria
emancipação.[144] O debate realizado nesse congresso concentrou-se na escolha
entre anarquia e Estado popular, e seu principal protagonista foi De Paepe, que
em uma das suas intevenções, afirmou que "na Espanha, numa parte da Itália
e no Jura havia partidários da anarquia; enquanto na Alemanha, na Holanda, na
Inglaterra e na América havia partidários do Estado operário, e a Bélgica
flutuava entre as duas tendências".[145] Tampouco nesse caso foi tomada
qualquer decisão coletiva, e no fim do congresso sancionou-se por unanimidade
que "cabia a cada federação e partido democrático socialista de cada país
determinar a linha de conduta política que pensava ser mais
adequada".[146]
No curso do oitavo congresso,
realizado em Berna de 26 a 30 de outubro de 1876, a discussão prossegiu na
mesma linha da reunião precedente. Dela participaram 28 delegados, dos quais 19
suíços (17 da Federação do Jura), 4 da federação italiana, 2 da espanhola e 2
da francesa, além de De Paepe, como representante da Bélgica e da Holanda.[147]
A reunião concluiu-se acolhendo uma proposta da federação belga, que convocava
para o ano seguinte um congresso socialista universal, ao qual seriam chamadas
"todas as frações dos partidos e tendências socialistas da
Europa".[148]
O último congresso da
Internacional autonomista ocorreu um pouco antes da realização do Congresso
Socialista Universal, e foi realizado em Verviers, de 6 a 8 de setembro de
1877. Dele participaram 22 delegados: 13 da Bélgica, 2 da Espanha, 2 da Itália,
2 da França e 2 da Alemanha, além de Guillaume, representante da Federação do
Jura, aos quais se juntaram três enviados de grupos socialistas, presentes à
reunião com função meramente consultiva. Um deles era o russo Piotr Kropotkin,
um dos pais do anarcocomunismo. Desse encontro, participaram somente militantes
de tendência anarquista, e entre eles, alguns que pouco tempo depois passariam
ao socialismo, como o italiano Andrea Costa.[149] O congresso foi considerado
um fracasso por não ter conseguido o amplo apoio das classes
trabalhadoras,[150] visto a radicalização do movimento anarquista por
influência do populismo e do niilismo russos,[151][152] inclusive mostrando
simpatia e solidariedade aos atentados cometidos em São Petersburgo pelos
niilistas e com a insurreição italiana ocorrida em Benevento.[150] Assim, a
Internacional autonomista havia exaurido seu ciclo, e seu fim significou também
o ocaso das relações entre anarquistas e socialistas, que, a partir daquele
momento, viram seus caminhos definitivamente separados,[149] o que ficou
evidente na realização do Congresso Socialista Universal em Gent, entre 9 e 16
de setembro, aonde a grande maioria dos presentes subscreveu um pacto no qual
se declarava que "a emancipação social é inseperável da emancipação
política, devendo o proletariado utilizar todos os meios políticos voltados à
emancipação social"[153] e preconizando "a necessidade da ação
política como um poderoso meio de agitação, propaganda, educação popular e
associação".[153]
Legado
Ver artigos principais:
Internacional Negra, Segunda Internacional, Terceira Internacional, Quarta
Internacional e Associação Internacional dos Trabalhadores
(anarcossindicalista)
Para o historiador francês
Jacques Droz, a fundação da Primeira Internacional é um marco na história das
lutas sociais contemporâneas, pelo fato de ser a primeira vez em que a classe
trabalhadora propõe-se à conquista do poder político.[154] O historiador inglês
Eric Hobsbawm afirma que a Primeira Internacional ajudou sistematicamente a
formação de um maciço movimento industrial e sindical, marcando definitivamente
o movimento operário a partir de meados da década de 1860 e que desde então os
"movimentos da massa trabalhadora haveriam de ser organizados,
independentes, políticos e socialistas".[3] Para o historiador russo Yuri
Mikhailovich Steklov, a Primeira Internacional reuniu as três principais
tendências do movimento operário contemporâneo: os comunistas, representados
por Karl Marx; os anarquistas, representados por Mikhail Bakunin; e os
moderados, representados pelos sindicalistas ingleses.[155] Devido à
confluência de diversas correntes ideológicas em seu seio, geralmente é
atribuído à Primeira Internacional um caráter de classe, e não apenas um
caráter político e ideológico atribuído às Internacionais fundadas
posteriormente.[1]
No período que se seguiu ao
colapso da Primeira Internacional, o movimento operário cresceu de maneira
praticamente independente em cada país, mantendo apenas uma ligação tênue.
Entre 1876 e 1889, não houve qualquer vínculo estável. Posteriormente, havia
conferências internacionais de trabalhadores, convocadas ad hoc por diferentes
entidades: 1877, em Gent; 1881, em Chur; 1883 e 1886, em Paris; 1888, em
Londres. Após o fim da Internacional de St. Imier, os anarquistas tentaram
fundar uma nova Internacional em 1881 que ficou conhecida como
"Internacional Negra" e que, por um tempo, teve expressão
considerável nos Estados Unidos.[156] A Segunda Internacional foi formada em
1889 por iniciativa de Friedrich Engels na ocasião do Congresso Internacional
de Paris, realizado em 14 de julho de 1889, em que participaram delegações de
vinte países e que decidiu promover a realização de congressos internacionais
periodicamente.[157] Alguns anarquistas que estiveram presentes ao congresso,
defenderam a concentração da luta dos trabalhadores essencialmente no terreno
econômico, rejeitando a divisão política, mas eles foram excluídos do
congresso, em razão das claras divergências táticas.[158] A Segunda
Internacional, de modo geral, organizou em seu seio partidos socialistas
democráticos e reformistas, e esteve ativa até 1916. Uma cisão da
extrema-esquerda na organização acabou por originar a Terceira Internacional.[10]
A Terceira Internacional, também
conhecida com Internacional Comunista ou Comintern, foi a internacional criada
por Lênin e pelo Partido Comunista da União Soviética em março de 1919 para
reunir os partidos comunistas de todo o mundo.[10] Tinha, como propósito,
conforme seus primeiros estatutos, "lutar pela superação do capitalismo, o
estabelecimento da ditadura do proletariado e da República Internacional dos
Sovietes, a completa abolição das classes e a realização do socialismo, como uma
transição para a sociedade comunista, com a completa abolição do Estado e para
isso se utilizando de todos os meios disponíveis, inclusive armados, para
derrubar a burguesia internacional".[159] A Comintern teve sete congressos
mundiais, o primeiro deles em março de 1919. Enquanto Lênin viveu, os
congressos eram anuais e foram realizados cinco deles, de 1919 a 1923. Após a
morte de Lênin, este princípio da anualidade foi abandonado por Stálin, que
desconfiava do Comintern e desejava transformá-lo em um mero instrumento da
política externa soviética. Assim, sob o comando de Stálin, o Comintern teria
apenas dois congressos: o sexto, em 1928, e o sétimo e último, em 1935, antes
de ser dissolvido em 1943.[10] Trótski, após sua expulsão da União Soviética, acaba
por fundar na França em 1937 a Quarta Internacional, com o objetivo declarado
de ajudar a classe trabalhadora a alcançar o socialismo, considerando que a
Comintern estava "perdida para o stalinismo" e incapaz de levar a
classe trabalhadora internacional ao poder político.[160]
Em dezembro de 1922, é fundada
uma nova Associação Internacional dos Trabalhadores, de orientação
anarcossindicalista, reivindicando o legado das seções antiautoritárias da
Primeira Internacional. Baseada nos princípios do sindicalismo revolucionário,
a associação pretende "dar às organizações econômicas sindicais uma base
nacional e industrial" para que possam lutar pelos interesses políticos e
econômicos da classe trabalhadora, e onde isto já se verifique, "fortalecer
as que estejam decididas a lutar pela destruição do capitalismo e do
Estado".[161] Em seu auge, a organização chegou a representar milhões de
trabalhadores mundialmente. Seus sindicatos membros tiveram um papel central em
importantes conflitos sociais das décadas de 1920 e 1930. Entretanto, a
organização formou-se quando diversos países entravam em períodos de extrema
repressão, e vários dos maiores sindicatos que integravam a organização foram
desarticulados durante esse período.[162] Entretanto, a Associação Internacional
dos Trabalhadores anarcossindicalista permanece ativa até os dias de hoje e
conta com representação em Portugal e no Brasil.
Ver também
Anarquismo
Comunismo
Socialismo
Livre associação
Movimento operário
Comuna de Paris
Segunda Internacional
Terceira Internacional
(Comintern)
Quarta Internacional
Internacional Negra
Internacional Socialista
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La Federación Sindical
Internacional (FSI, en alemán, Internationalen Gewerkschaftsbund, IGB; en
inglés International Federation of Trade Unions. IFTU) fue la asociación internacional de centrales obreras que funcionó entre
1901 y 1945. Era desde su origen considerada la contraparte sindical de la Segunda Internacional al compartir sus
objetivos y muchas veces dirigentes. Llamada en forma peyorativa la Internacional de Ámsterdam por la
Profintern.
Sus orígenes están en un congreso realizado en Copenhague en 1901 entre
delegados de centrales sindicales de Dinamarca, Noruega, Suecia, Bélgica,
Alemania y Reino Unido que acuerdan formar un Secretariado Sindical Internacional.
En la octava conferencia realizada en Zúrich en 1913, el Secretariado se transforma en la Federación Sindical
Internacional.
Las sedes de su Secretariado han
sido: Berlín (1902-1919, 1931-1933), Ámsterdam (1919-1931), París (1933-1940) y
Londres (1940-1945). En 1914 durante la Primera Guerra Mundial se estableció en
suelo neutral (Ámsterdam) una subsecretaría a cargo de Jan Oudegeest. Sin
embargo las organizaciones de los países del Entente (EE.UU., Francia, Gran
Bretaña, Bélgica, Rusia) objetaron contra el mantenimiento de la sede central
en Alemania estableciendo una Oficina Central de Correspondencia en París bajo
la dirección de Léon Jouhaux durante la duración del conflicto. Después de la guerra se normaliza la
situación del secretariado, refundiéndose la FSI en 1919.
Sin
embargo se produce un quiebro en su interior, durante los años 1920, al unirse
algunas de las centrales a la Profintern, y entrar en conflicto las dos
organizaciones respecto a cual tenía mayor influencia y representatividad en el
mundo sindical. Lo anterior después de un fracaso de acercamiento
entre ambas organizaciones. Asimismo la
American Federation of Labor se desafilia de la FSI debido a su desacuerdo con
la asociación de la Federación con los partidos obreros y su inclinación por el
socialismo. Durante este periodo se refuerza su carácter de
organización mayormente europea por las organizaciones afiliadas, al retirarse
EE.UU. Mantiene su vínculo con
Internacional Obrera y Socialista. Establece
una estrecha colaboración y promueve las tareas de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
Divisão questão da ligação com a
Internacional Socialista
(Anos 20)
|
|
Federación
Sindical Internacional
Formada em 1901
Chamada pejorativamente de
Internacional de Ámsterdam por la Profintern
Ligação com a Internacional
Socialista/Comunista
|
American
Federation of Labor
|
Durante la Segunda Guerra Mundial
tuvo escaso impacto salvo en la consecución de un red subterránea de apoyo a la
resistencia. En diciembre de 1945, el
Consejo General de la FSI decide disolverla al crearse la Federación Sindical
Mundial como un intento de agrupar todas las organizaciones sindicales.
Transformação
1945
|
FSI -
Federación Sindical
Internacional
|
FSM - Federación Sindical Mundial
|
Su organización distinguía los
siguientes entes:
Comité Ejecutivo, compuesto por
un Presidente, 5 vicepresidentes y el Secretario General. Se reunía al menos 6
veces al año.
Consejo General, compuesto por el
Comité Ejecutivo y un delegado por cada central nacional afiliada. Se reunía
por lo menos una vez al año.
Congreso, que correspondía la
Conferencia entre 1901-1917, se reunía cada 3 años. Elegía al Comité Ejecutivo
y era el máximo organismo resolutivo de la FSI.
Algunos de sus presidentes
fueron: Carl Legien (1913-1919), Walter M. Citrine (1928-1945). Secretario General: Carl Legien (1903-1913), Eduard
Carl (Edo) Fimmen (1919-1923), Jan Oudegeest (1923-1930), Walter Schevenels
(1930-1945).
Conferencias y Congresos de la
FSI
Conferencias
I- Copenhague (Dinamarca), 1901
II- Stuttgart (Alemania), 1902
III- Dublín (Irlanda), 1903
IV- Ámsterdam (Países Bajos),
1905
V- Christiania (Noruega), 1907
VI- París (Francia), 1909
VII- Budapest (Austro-Hungría), 1911.
VIII- Zúrich (Suiza), 1913
IX- Berna (Suiza), 1917
Congresos (por refundación de la
FSI)
I- Ámsterdam ((Países Bajos), 28
de julio al 2 de agosto de 1919
II- Roma (Italia), 20-26 de abril
de 1922
III- Viena (Austria), 2 al 7 de
junio de 1924
IV- París (Francia), 1 al 6 de
agosto de 1927
V- Estocolmo (Suecia), 7 al 11 de
julio de 1930
VI- Bruselas (Bélgica) 30 de
julio al 3 de agosto de 1933
VII- Londres (Reino Unido), 8 al
11 de julio de 1936
VIII- Zúrich (Suiza), 5 al 8 de
julio de 2014
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- Profitern - Internacional Vermelha dos Sindicatos Trabalhistas (Red International of Labor Unions - RILU) Internacional Vermelha dos Sindicatos Trabalhistas
A (Red International of Labor
Unions - RILU) (em russo: Красный интернай церофсоюзов - Krasnyi internatsional
profsoyuzov), comumente conhecida como Profintern, era um organismo
internacional estabelecido pela Internacional Comunista com o objetivo de
coordenar atividades comunistas dentro dos sindicatos. Formalmente estabelecida em 1921, a Profintern tinha a intenção de
atuar como um contrapeso à influência da chamada "Amsterdam
International", a Federação
Internacional de Sindicatos Social-Democratas, uma organização marcada como colaboracionista de classes e um
impedimento à revolução pelo Comintern. Após entrar em um período de declínio em meados da década de 1930, a
organização foi finalmente encerrada em 1937 com o advento da Frente Popular.
Conflito
| |
Federación Sindical
Internacional (1901-1945)
Chamada pejorativamente de
Internacional de Ámsterdam por la Profintern
|
Profitern - Internacional
Vermelha dos Sindicatos Trabalhistas (Internacional
Vermelha dos Sindicatos Trabalhistas). 1921-1937
|
Organização preliminar
Em julho de 1920, a pedido de
Grigory Zinoviev, chefe do Comintern, o 2º Congresso Mundial da Internacional
Comunista estabeleceu um Conselho Temporário Internacional dos Sindicatos,
comumente conhecido por sua sigla em russo, Mezhsovprof. [1] Este comitê
organizador - incluindo membros das delegações russa, italiana, britânica,
búlgara e francesa ao Congresso Internacional - foi encarregado de organizar
"um congresso internacional de sindicatos vermelhos. [1]
O líder sindical soviético
Solomon Lozovsky foi nomeado presidente deste novo conselho, auxiliado pelo
sindicalista britânico Tom Mann e Alfred Rosmer da França. [1] O Comitê
Executivo da Internacional Comunista
(ECCI) dirigiu o novo conselho para emitir um manifesto a "todos os
sindicatos do mundo", condenando a social-democrata Federação
Internacional de Sindicatos com sede em Amsterdã como uma organização "amarela"
e convidando-os a aderir a uma nova associação sindical internacional
revolucionária. [1]
Esta decisão foi para marcar uma
divisão do movimento sindical internacional que se seguiu a divisão
recentemente alcançado do movimento político socialista internacional em
revolucionário comunista e orientados eleitoralmente socialistas campos. [1]
Este desejo de um novo internacional exclusivo da união explicitamente
"vermelho" representou uma contradição fundamental com a firme
insistência do Comintern de que os comunistas deveriam trabalhar dentro da
estrutura dos sindicatos existentes - um detalhe importante observado na época
pelo delegado Jack Tanner do Movimento dos Comissários de Loja Britânica . [2]A
objeção de Tanner foi posta de lado quando Grigory Zinoviev negou-lhe a
palavra, referindo suas queixas ao comitê. [2]
O historiador EH Carr argumenta
que a decisão de lançar uma Internacional Internacional dos Sindicatos foi um
subproduto da época de fervor revolucionário que a revolução mundial estava prestes
a acontecer, declarando:
"Foi um passo dado em um
momento de entusiasmo entusiástico e firme convicção da iminência da revolução
européia; e um dispositivo projetado para encurtar uma transição curta e
preparar o caminho para a grande consumação teve conseqüências inesperadas e
fatais quando o período interino se arrastou em meses e anos ". [2]
Como o plano para um novo
trabalho internacional avançou, Mezhsovprof estabeleceu agências de propaganda
em diferentes países em uma tentativa de ganhar os sindicatos existentes
afiliados à rival "Amsterdam International", como a Federação
Internacional de Sindicatos era comumente conhecida, até o próximo
"Internacional Vermelho". [3] Esses departamentos atraíram os
sindicalistas mais rebeldes e dissidentes à sua bandeira e, ao mesmo tempo,
alienaram lideranças sindicais às vezes conservadoras, já levantando acusações
de que o que realmente estava sendo oferecido era o sindicalismo dualista e uma
divisão destrutiva dos sindicatos existentes. [3]
Em 9 de janeiro de 1921, a ECCI
decidiu que o lançamento de uma nova Internacional Internacional de Sindicatos
aconteceria em uma conferência a ser convocada no dia 1º de maio daquele ano.
[3] Um apelo foi lançado para os sindicatos do mundo que eram "opostos à
Amsterdã Internacional" e pediram sua afiliação à nova organização. [3]
Este conclave foi finalmente adiado até Julho, no entanto, de modo a poder ser
sincronizado com o 3.º Congresso Mundial do Comintern - a deslocação de e para
a Rússia Soviética é um processo difícil e perigoso nestes anos. [3]
Alegações grandiosas foram feitas
sobre a nova organização, com Lozovsky declarando em um discurso em maio de
1921 que os sindicatos já representando 14 milhões de trabalhadores tinham
proclamado sua lealdade à próxima Internacional Vermelha. [4] Zinoviev declarou
ferozmente que a Amsterdã Internacional era "a última barricada da
burguesia internacional " - palavras de combate aos sindicalistas
social-democratas. [4]
Por sua parte, o movimento
sindical social-democrata emergiu da Primeira Guerra Mundial relativamente
unido, ofensivo e sem fôlego. Mesmo antes de a Profintern ser lançada, a linha
na areia estava claramente traçada, com a Internacional de Amsterdã declarando
em uma sessão executiva de maio de 1921 que "não era permitido que
organizações sindicais fossem afiliadas a dois sindicatos internacionais ao
mesmo tempo" e acrescentando que "toda organização afiliada ao
sindicato político internacional de Moscou se coloca fora da Federação
Internacional dos Sindicatos". [5] A grande guerra civil dentro do
movimento sindical mundial havia começado.
O congresso da fundação de 1921
O órgão oficial de curta duração
da RILU, publicado em Moscou, foi The Red Labour Union International. Esta
revista foi logo suplantada por uma variedade de publicações produzidas pelas
seções membros da RILU.
O Congresso Fundador da
Internacional Internacional dos Sindicatos foi convocado em Moscou em 3 de
julho de 1921. A reunião contou com a participação de 380 delegados de todo o
mundo, incluindo 336 com direito a voto, alegando representar 17 milhões dos 40
milhões de sindicalistas. no mundo todo. [4] O encontro não foi homogêneo nem
harmonioso, pois rapidamente se tornou claro que vários delegados tinham uma
perspectiva sindicalista que procurava evitar a política e a participação nos
sindicatos existentes, em favor de ações diretas que levassem ao controle dos
trabalhadores. indústria . Esses delegados pediram que a nova Red International
of Labor Unions fosse totalmente independente da Internacional Comunista, vista
como uma organização política.[4]
Entre aqueles que expressaram tal
desejo pela independência organizacional da RILU do Comintern estava "Big
Bill" Haywood dos Trabalhadores Industriais do Mundo (IWW) - um indivíduo
que já vive em Moscou depois de pular fiança para evitar uma longa sentença de
prisão sob o assim -chamado Lei de Espionagem . [6] A perspectiva do IWW
juntou-se por sindicalistas sindicalistas que faziam parte das delegações
francesas e espanholas. [6]Em última análise, contudo, os elementos
sindicalistas provaram ser uma pequena minoria e o Congresso aprovou uma
resolução patrocinada por Mann e Rosmer que pedia "o elo mais próximo
possível" entre a Profintern e a Comintern, incluindo sessões conjuntas
das organizações, bem como "real e íntima unidade revolucionária
"entre as uniões vermelhas e os partidos comunistas em nível nacional. [7]
Apesar da iniciativa de iniciar
um novo sindicato internacional em competição direta com o já existente
internacional de Amsterdã, a Profintern em sua fase inicial continuou
insistindo que sua estratégia não era "arrancar dos sindicatos os melhores
e mais conscientes trabalhadores", mas em vez de permanecer nos sindicatos
existentes para "revolucioná-los". [8] A resolução oficial do
congresso fundador sobre a organização declarou que a retirada dos sindicatos
em massa e o abandono de suas filiações às suas lideranças muitas vezes
conservadoras "joga nas mãos da burocracia sindical contra-revolucionária
e, portanto, deve ser rejeitada de forma aguda e categórica". " [8]
Ainda assim, o Profintern
insistiu em uma divisão real do movimento trabalhista, estabelecendo condições
para a admissão que incluía "uma ruptura com a Amarelândia Internacional
de Amsterdã". [9] A organização efetivamente defendeu que os trabalhadores
radicalizados se engajassem em " chatas de dentro " dos sindicatos
existentes, a fim de dissociar todas as organizações de Amsterdã e de Moscou.
Tais táticas asseguravam uma amarga divisão interna como membros não-comunistas
da base e suas lideranças sindicais eleitas buscavam manter as afiliações
existentes.
Como parte de sua estratégia para
conquistar os sindicatos existentes, a Profintern decidiu estabelecer uma rede
do que denominou "Comitês Internacionais de Propaganda" (IPCs),
associações internacionais de sindicatos radicais e minorias fracionárias
organizadas em sindicatos que foram estabelecidos com base em sua indústria
específica. [10] Esses grupos pretendiam realizar conferências e publicar e
distribuir panfletos e periódicos para propagandear a idéia de revolução e
estabelecer a ditadura do proletariado . [11] Os IPCs deveriam tentar arrecadar
fundos para ajudar a sustentar seus esforços, com o Bureau Executivo da
Profintern subsidiando suas publicações. [12]Em agosto de 1921, um total de 14
IPCs haviam sido estabelecidos. [12]
Os Comitês Internacionais de
Propaganda da Profintern se mostraram ineficazes em mudar as opiniões dos
membros de sindicatos. [13] Os sindicatos começaram a expulsar seus dissidentes
radicais e os sindicatos internacionais começaram a expulsar as seções
nacionais que participaram das atividades da Profintern, exemplificado pela
expulsão em outubro de 1921 da Federação Holandesa dos Trabalhadores em
Transportes de sua organização internacional de comércio. [13]
O 2º Congresso Mundial de 1922
A veterana ativista Clara Zetkin
(à esquerda) foi o rosto dos esforços da "frente única" do Comintern
e Profintern após o 2º Congresso Mundial da RILU em 1922.
O II Congresso Mundial da RILU
foi realizado em Moscou em novembro de 1922, em conjunto com o 4º Congresso
Mundial do Comintern .
Como seria de esperar, o
Congresso RILU de 1922 passou a maior parte do tempo a moldar a aplicação da
política de frente única recentemente adoptada pelo Comintern ao movimento
sindical. [14] Com as perspectivas de uma iminente revolução mundial em
declínio, o chefe da RILU, Solomon Lozovsky, propôs uma conferência
internacional que reuniu lideranças da RILU, da Amsterdam International e de
vários sindicatos não afiliados - uma reunião que ecoará a reunião de abril de
1922 entre a Segunda. Internacional , a Internacional Dois e Meio e o Comintern
em Berlim "para elaborar formas e métodos paralelos de luta contra a ofensiva
do capitalismo". [14]
Em retrospectiva, 1922 marcou o
ponto alto do tamanho e da influência da Profintern na Europa, com um novo
contingente considerável se juntando às fileiras da organização na França
quando a Confédération Genérale du Travail (CGT) tentou disciplinar e expulsar
seus membros sindicalistas, mas acabou causando uma divisão organizacional em
grande escala na qual a maioria dos sindicalistas franceses se afiliaram a um
novo sindicato "Vermelho". [15]
Um avanço adicional foi feito na
Tchecoslováquia, onde a maioria dos sindicalistas associou-se de forma
semelhante à RILU, [16] após uma campanha de expulsões de indivíduos e
sindicatos comunistas pela liderança social-democrata. [17] Em outubro de 1922,
os sindicatos tchecos-vermelhos realizaram um congresso próprio, formalizando a
divisão com os sindicatos social-democratas. [17] Vale a pena mencionar que o
Partido Comunista da Tchecoslováquia foi uma organização extremamente grande
neste período, reivindicando 170.000 membros em 1922, superando quase todos os
partidos comunistas de todo o mundo. [18]
Na Bulgária, a Federação de
Sindicatos Todo-Búlgara escolheu afiliar-se à Profintern completamente, mas
mesmo esse movimento foi dividido quando os opositores estabeleceram uma
organização rival chamada Federação Livre de Sindicatos. [19] A Espanha também
viu seu movimento trabalhista nacional formalmente dividido. [20] O clima era
amargo, pois acusações amargas e contra-acusações cobrando a responsabilidade
pelo estilhaço do movimento sindical voavam em todas as direções.
O desejo professo da Profintern
por uma frente unida chegou a bom termo em dezembro de 1922, quando a
organização se reuniu em uma conferência de paz em Haia com representantes da
Amsterdã Internacional, presidida pelo líder do sindicato britânico JH Thomas .
[21] Como foi o caso da reunião das três Internacionais políticas no início do
ano, a sessão terminou em fracasso, com acusações voando em ambas as direções e
o pedido de Lozovsky por uma frente unida arbitrariamente descartada como uma
manobra tática transparente. [21]
Este fracasso foi seguido em
janeiro de 1923 por um apelo conjunto do Comintern e Profintern para a criação
de um "comitê de ação contra o fascismo ", seguido em março com o
estabelecimento de um Comitê de Ação Contra o Fascismo em Berlim, liderado por
Clara Zetkin . [22] Uma conferência internacional deste grupo foi convocada
para ser realizada no mesmo mês em Frankfurt, na Alemanha, com convites para os
partidos da Segunda Internacional e os sindicatos da Internacional de Amsterdã,
mas apenas alguns sociais-democratas compareceram, a esmagadora maioria. a
maioria da reunião é comunista. [22]Delegados da Alemanha, Rússia Soviética,
França e Grã-Bretanha uniram-se para denunciar o Tratado de Paz de Versalhes e
a correspondente ocupação do Ruhr pela França para fazer valer as onerosas
reparações contra a Alemanha. [22] O dado havia sido lançado, no entanto, e
nenhuma atividade conjunta entre os líderes políticos ou sindicais das
Internacionais Social-Democratas e Comunistas seria resultado da iniciativa.
Lozovsky informou sobre o
progresso da RILU no 12º Congresso do Partido Comunista Russo em abril de 1923,
no qual afirmou que o Profintern representava 13 milhões de sindicalistas
contra 14 ou 15 milhões para o rival Amsterdam International. [23] Esta figura
é considerada por pelo menos um historiador sério do assunto como
"provavelmente exagerado". [23]
O 3º Congresso Mundial de 1924
O 3º Congresso Mundial da
Profintern foi aberto em 8 de julho de 1924, com início marcado em Moscou
imediatamente após o 5º Congresso Mundial do Comintern (17 de junho a 8 de
julho de 1924). Setenta delegados da Profintern foram delegados
"consultivos" (sem direito a voto) ao encontro do Comintern,
assegurando uma conexão muito próxima entre os dois encontros. [24]
O Congresso de 1924 formalmente
marcou um endurecimento da atitude comunista em relação ao movimento sindical
social-democrata, declarando que "o fascismo e a democracia são duas
formas da ditadura burguesa". [25]
A questão mais contenciosa
debatida pelo Congresso relacionou-se com a estratégia e as táticas de buscar
unidade com a Internacional de Amsterdã, pondo assim fim à ruptura sofrida pelo
movimento trabalhista como resultado da divisão em duas internacionais. [26] Ao
forçar a IFTU a capitular a entrada insustentável e independente dos sindicatos
russos em suas federações industriais afiliadas à IFTU, a única opção
remanescente, na opinião de Solomon Lozovsky, era tentar alcançar algum tipo de
fusão dos dois sindicatos. Internacionais através de uma conferência
internacional. [26]Lozovsky sustentou que a unidade não deveria ser alcançada
através do sacrifício do programa ou tática de Profintern e da aceitação cega
do reformismo, mas deveria ser acompanhada pela penetração de idéias comunistas
nas mentes dos sindicalistas de renome. os sindicatos europeus. [26]
Uma proposta foi feita por Gaston
Monmousseau, da França, convocando um Congresso de Unidade Mundial da
Internacional Vermelha e de Amsterdã, e uma comissão de 35 delegados foi
selecionada para debater a proposta e detalhar os detalhes práticos. [27] Após
dois dias de debate, a comissão informou o Congresso reunido, trazendo consigo
uma proposta de unidade que havia sido aceita nas audiências preliminares com
um único voto contrário. [28] A proposta final para um congresso de unidade
provou pouco mais do que uma trivialidade, entretanto, com a resolução
declarando que tal reunião " poderia, após a preparação adequada das
massas" provar ser apropriada. Não houve uma diretiva firme que instruísse
o Conselho Executivo da Profintern a agir.[28]
Com as relações entre a
Profintern e a IFTU no ponto de um impasse insolúvel, as autoridades sindicais
soviéticas começaram a se concentrar nas relações bilaterais com os movimentos
sindicais social-democratas. [29] Particular atenção foi dada aos sindicatos da
Grã-Bretanha, com o chefe do sindicato russo Mikhail Tomsky viajando para o
Reino Unido em 1924, seguido por uma visita recíproca em novembro daquele ano
de uma delegação de alto nível liderada por AA Purcell of the Trades. Congresso
da União . [30] Do ponto de vista soviético, os sindicalistas britânicos foram
afetados positivamente por sua visita, publicando um extenso e geralmente
favorável relatório da situação soviética em seu retorno ao Reino Unido.
[31]Esta visita de um mês à delegação sindical britânica seria o protótipo de
uma série de visitas similares da União Soviética por líderes sindicais
ocidentais. [31]
Enquanto as bases para os laços
entre o movimento sindical soviético e ocidental começaram a ser estabelecidas
com sucesso, a situação entre as organizações internacionais baseadas em
Amsterdã e Moscou infeccionou. A Segunda Internacional e a IFTC realizaram uma
reunião conjunta em Bruxelas durante a primeira semana de janeiro de 1925 e
emergiram com uma denúncia contundente da União Soviética e seus simpatizantes
no movimento sindical britânico que foram organizados em uma organização
subsidiada pela RILU conhecida como Movimento Nacional das Minorias . [32]
Presença semelhante na Federação Americana do Trabalho sob a forma da Liga
Sindical Educacionalfoi sem comentários devido à recusa em curso da AFL em
afiliar-se à Amsterdam International. Essas objeções da IFTU não impediram o
contínuo desenvolvimento de laços soviético-britânicos bilaterais, no entanto,
como em abril de 1925, Tomsky retornou a Londres como parte de um esforço para
estabelecer um comitê conjunto para a união sindical entre os dois países. [33]
Se Tomsky teve o motivo oculto de
tentar ganhar os sindicalistas britânicos para as fileiras da Profintern, ele
foi recebido com uma surpreendente reviravolta, como EH Carr observou em 1964:
"Os líderes britânicos
tinham pouco interesse na Profintern, que eles consideravam secretamente, a
partir da experiência do movimento britânico, como um incômodo ou como uma
farsa, e desejavam reconciliar os sindicatos soviéticos com a existente
[Amsterdã] Internacional. fortalecê-lo e dar uma guinada para a esquerda. Os
delegados britânicos provavelmente chocaram seus colegas soviéticos ao se
manifestarem abertamente em favor da afiliação dos sindicatos russos à IFTU.
" [34]
Tomsky, embora diplomático em sua
resposta, rejeitou a sugestão britânica como uma abjeta rendição à Amsterdã
Internacional, semelhante à rendição forçada de 1918 da Rússia Soviética à
Alemanha Imperial em Brest-Litovsk . [34] Ainda assim, com a Nova Política
Econômica em plena ascensão na Rússia Soviética, com sua liberalização
associada de cultura e comércio, a posição do movimento sindical soviético com
relação às uniões social-democratas no Ocidente era segura e ordeira, apesar da
fracasso de esforços para apostar com os principais líderes do Amsterdam
International.
RILU no Oriente
Como foi o caso da Internacional
Comunista, os Congressos Mundiais formais da RILU aconteceram com frequência
cada vez menor durante a vida da organização. Isto é lógico, uma vez que os
Congressos Mundiais da RILU foram programados em conjunto com os Congressos
Mundiais do próprio Comintern, geralmente lançados após a conclusão do evento
do Comintern. E assim que o Comintern começou a fazer uso de convenções
internacionais mais curtas, menores e menos formais, chamadas "Plenums
Ampliados do Comitê Executivo" para lidar com a formulação de políticas
internacionais, foram adotadas reuniões semelhantes para as RILU, chamadas
"Sessões do Conselho Central".
A 4ª Sessão do Conselho Central,
realizada em Moscou de 9 a 15 de março de 1926, começou no momento em que o 6º
Plenário Pleno da ECCI chegou ao fim. Em ambas as reuniões, Salomão Lozovsky
fez relatórios que identificaram a Grã-Bretanha - onde a greve de mineradores
estava no ar - e em particular os países da Ásia e do Pacífico como áreas que
apresentam as maiores oportunidades para a Profintern em sua tentativa de
construir uma movimento revolucionário mundial. [35] Amsterdã havia prestado
pouca atenção à Ásia, deixando o campo aberto aos esforços da Profintern,
observou Lozovsky em seu relatório ao executivo do Comintern. [35]A RILU fez um
esforço para abrir novos espaços organizacionais fora da Europa em fevereiro de
1922, quando estabeleceu um escritório em Moscou comparável ao Escritório
Oriental do Comintern, chefiado pelo farmacêutico Boris Reinstein , de Buffalo,
George Andreychine , membro búlgaro-americano da IWW , e H. Eiduss. [36] Mas
agora, mesmo com as perspectivas européias diminuindo, a situação parecia mais
brilhante na Ásia e no Pacífico.
O melhor de tudo, da perspectiva
da Profintern, era a situação na China, com um movimento jovem e radical de
trabalhadores começando a ganhar vida. O prestígio soviético e a influência
haviam crescido na China durante o início da década de 1920, particularmente a
partir de 1924, quando o reconhecimento diplomático pelo governo de Pequim e um
acordo sobre a Ferrovia da China Oriental foi alcançado. [37] Um movimento
trabalhista chinês começou a tomar forma, impulsionado pelos esforços dos
trabalhadores ferroviários e marinheiros para organizar, apoiado com o apoio de
Moscou. [38] No sul, um governo dissidente baseado em Canton, liderado por Sun
Yat-sen, perseguiu objetivos antiimperialistas em conjunto com o Partido
Comunista da China.- estima-se que 40 dos 200 delegados da convenção de
fundação do Kuomintang (KMT) de 20 de janeiro de 1924 fossem comunistas e que o
partido disciplinado e centralizado estabelecido naquela época claramente se
baseava no modelo comunista soviético. [39] Em junho de 1924, o governo KMT de
Sun em Canton estabeleceu sua própria academia militar em Whampoa , auxiliada
por 3 milhões de rublos na ajuda soviética para o propósito, bem como
instrutores soviéticos, chefiados por Vasily Blyukher . [40]
A aliança de trabalho forjada
entre o líder do KMT Sun e Mikhail Borodin , principal representante do
Comintern na China, foi perdida após a morte de Sun em Pequim, em 12 de março
de 1925. Após a morte do líder, começou a disputa entre facções de esquerda e
direita no KMT; A tensão entre o KMT e o Partido Comunista Chinês começou a
crescer sem a influência calmante da Sun. [41]
Em 30 de maio de 1925, uma greve
em Xangai de estudantes radicais protestando contra a prisão de alguns de seus
companheiros que apoiavam uma greve em uma fábrica de algodão foi disparada
pela polícia, matando 12 manifestantes. [41] Uma greve geral foi declarada na
cidade em resposta e um " Movimento de 30 de maio " irrompeu por toda
a região. [41] Em 19 de junho, uma greve geral foi convocada em Canton, seguida
quatro dias depois por outro incidente em que tropas atiraram contra
manifestantes nas ruas, resultando em uma nova onda de baixas. [41]
O rápido crescimento do movimento
de 30 de maio alimentou o interesse do Comintern na fermentação revolucionária
na China. [42] Esta nova perspectiva foi enfatizada por Joseph Stalin , começando
a emergir sobre Grigory Zinoviev do Comintern como o principal líder da URSS,
que no início de julho de 1925 concordou com um repórter do jornal de Tóquio
Nichi Nichi Shimbun que o movimento revolucionário na China, A Índia, a Pérsia
, o Egito e "outros países orientais" estavam crescendo e "o
tempo está se aproximando quando as potências ocidentais terão que se enterrar
no túmulo que cavaram para si próprios no Oriente". [43]
Pessoal e filiais
A secretaria de tempo integral da
RILU consistia nos espanhóis, Andrés Nin , o sindicalista russo Mikhail Tomsky
e o secretário geral Solomon Lozovsky .
Além de sua sede em Moscou, a
RILU logo estabeleceu quatro escritórios no exterior - Berlim ("Agência
Central Européia"), Paris ("Agência Latina"), Bulgária
("Agência dos Balcãs") e Londres ("Agência Britânica").
Em maio de 1927, o Secretariado
Sindical Pan-Pacífico foi estabelecido em Xangai como centro coordenador da
RILU para a Ásia e o Pacífico.
Em 1928, a RILU lançou a
Confederación Sindical Latino-Americana (CSLA) como o ramo latino-americano da
RILU - o primeiro movimento trabalhista geral na América Latina . [44] Este
grupo foi o precursor da Confederação dos Trabalhadores da América Latina
(CTAL), estabelecida em 1936. [44]
A RILU estabeleceu secções nacionais
em todo o mundo. Na Grã-Bretanha, a Repartição trabalhou em estreita
colaboração com o Movimento Nacional das Minorias . O Partido Comunista do
Canadá estabeleceu uma seção nacional chamada Liga da Unidade dos Trabalhadores
. A seção americana começou em 1922 como a Liga Sindical de Educação , sucedida
em 1929 por uma variante mais radical que tentou estabelecer uniões duplas , a
União de Unidade Sindical .
Dissolução
A Profintern foi dissolvida em
1937, quando a política externa de Stálin mudou para a Frente Popular .
Reuniões
Recolhendo Localização Encontro Notas
1º Congresso Mundial Moscou 3
a 19 de julho de 1921 Estabelece RILU.
Assistido por 380 delegados, 336 com direito a voto.
2º Congresso Mundial Moscou 19
de novembro a dez. 2 de 1922 Adota
formalmente a política de "frente única" para o movimento sindical.
3º Congresso Mundial Moscou 8
a 20 de julho de 1924 Adota
convocação fraca e não vinculativa para o congresso da unidade com o
International de Amsterdão.
4ª Sessão do Conselho Central Moscou 9
a 15 de março de 1926 Lozovsky
identifica a Grã-Bretanha e o Oriente como áreas principais para o sucesso da
Profintern.
4º Congresso Mundial Moscou 17
de março a 3 de abril de 1928
Conferência Internacional sobre
Estratégia de Greve Estrasburgo ,
França Janeiro de 1929
Publicações
G. Zinoviev, A Internacional
Comunista do IWW: Um Apelo do Comitê Executivo da Terceira Internacional em
Moscou. Prefácio de Tom Glynn. Melbourne: Proletarian Publishing Association,
outubro de 1920.
Constituição da Internacional
Vermelha dos Sindicatos: Adotada no Primeiro Congresso Mundial, realizada em
Moscou, em julho de 1921. Londres: Agência Britânica, Internacional
Internacional dos Sindicatos, 1921.
JT Murphy, The 'Reds' no
Congresso: Relatório Preliminar do Primeiro Congresso Mundial da Internacional
Vermelha de Sindicatos Comerciais e Industriais. Londres: British Bureau, Red
Internacional dos Sindicatos, 1921.
Tom Mann, Rússia em 1921. British
Bureau, Red International dos Sindicatos, 1921.
Resoluções e Decisões do Primeiro
Congresso Internacional do Comércio Revolucionário e Sindicatos Industriais. nc
[Chicago]: Voz do Trabalho, 1921.
"Constituição da
Internacional Vermelha dos Sindicatos, a partir do 2º Congresso Mundial - Nov.
1922." Labor Herald Library no. 6. Chicago: Liga Educacional Sindical,
1923.
Resoluções e Decisões do Segundo
Congresso Mundial da Internacional Internacional dos Sindicatos: Moscou -
novembro de 1922. Chicago: Trade Union Educational League, 1923.
Resoluções e Decisões, RILU,
1923: Resolução sobre o Relatório do Escritório Executivo. nc: Internacional
Vermelho dos Sindicatos. Gabinete Executivo, nd [1923?].
M. Tomsky, Os Sindicatos, o
Partido e o Estado: extratos de discursos do camarada Tomsky na III Sessão do
Profintern em 29 de junho de 1923 e ... Moscou: Comissão de Relações Exteriores
do Conselho Central de Sindicatos da URSS, 1927.
A. Lozovsky, O que é a Internacional
Vermelha dos Sindicatos? Red
International of Labor Unions, 1927.
Problemas da Estratégia de Greve:
Decisões da Conferência Internacional sobre Estratégia de Greve, realizada em
Strassburg, Alemanha, janeiro de 1929, Nova York: Workers Library Publishers,
1929.
Notas de rodapé
E.H. Carr, A Revolução Bolchevique, 1917-1923:
Volume 3. Londres: Macmillan, 1953; pg. 207
Carr, A Revolução Bolchevique, vol. 3, pg. 208
Carr, a revolução bolchevique, vol. 3, pg. 398
Carr, A Revolução Bolchevique, vol. 3, pg. 399
Primeiro Relatório sobre as Atividades da
Federação Internacional dos Sindicatos (julho de 1919 a dezembro de 1921). Amesterdão: nd; pg. 73. Citado em EH Carr,Socialism in
One Country, 1924-1926: Volume 3, Parte 1.Londres: Macmillan, 1964; pg. 526
Carr, A
Revolução Bolchevique, vol. 3, pp. 399-400.
Carr,A Revolução Bolchevique,vol. 3, pg. 400
Carr, Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1,
pg. 527
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 528
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 531
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pp. 531-532.
Carr,
Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1, pg. 532
Carr, Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1,
pg. 533
Carr, A Revolução Bolchevique, vol. 3, pg. 459
Carr,A Revolução Bolchevique,vol. 3, pp.
459-460.
Carr,A Revolução Bolchevique,vol. 3, pg. 460
E.H.
Carr, Socialism in One Country, vol. 3, pt. 1, pp. 171-172.
EH
Carr,Socialism in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 170
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 536
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 538
Carr, A
Revolução Bolchevique, vol. 3, pg. 462
E.H. Carr, O Interregno, 1923-1924. Londres:
Macmillan, 1954; pg. 161
Carr, A Revolução Bolchevique, vol. 3, pg. 461
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 70
Desier
'deixar Profinterna v rezoliutsiakh(Dez anos do Profintern em Resoluções).
Moscou: 1930; pg. 144. Citado em Carr,Socialism in One Country,vol. 3, pt. 1,
pg. 84n.
Carr, Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1,
pg. 564
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pp. 564-565.
Carr,
Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1, pg. 565
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 570
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pp. 569-570.
Carr,
Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1, pg. 572
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 573
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 1, pg. 576
Carr,
Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1, pg. 577
Carr, Socialismo em um país, vol. 3, pt. 1,
pg. 592
Ruth McVey,a ascensão do comunismo indonésio. Ithaca, NY: Cornell University Press, 1965; pg. 214
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 2, págs. 719-720.
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 2, pg. 720
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 2, pp. 698-699.
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 2, pg. 702
Carr,
socialismo em um país, vol. 3, pt. 2, pg. 719
Carr,Socialism
in One Country,vol. 3, pt. 2, pg. 628
JV
Stalin,Works: Volume 7, 1925.Moscou: Editora de Línguas Estrangeiras, 1954; pg.
235. EH Carr cita esta passagem emSocialism in One Country,vol. 3, pt. 2, pg.
628, fornecendo sua própria tradução da edição russa daSochineniiade Stálin.
Ele não deixa claro que as palavras exatas usadas por Stalin repetem as de seu
interlocutor e que Stalin está apenas concordando com o sentimento expresso.
William Z. Foster, História dos três
internacionais: Os Movimentos de Mundo socialistas e comunistas desde 1848 até
o presente. Nova Iorque: Editores Internacionais, 1955; pg. 326
Leitura adicional
GM Adibekov, Krasnyi
internsoional profsoiuzov: Ochreki istorii Profinterna. (O Internacional
Vermelho de Sindicatos: Estudos na História do Profintern.) Moscou: Profizdat,
1971. - Traduzido em alemão como Die Rote Gewerkschaftsinternationale, Berlim,
1973.
Birchall, Ian. "Profintern:
Die Rote Gewerkschaftsinternationale 1920-1937," Materialismo Histórico,
2009, vol. 17 Issue 4, pp. 164–176, resenha (em inglês) de um estudo em língua
alemã de Reiner Tosstorff * Josephine Fowler, "De leste a oeste e oeste a
leste: laços de solidariedade no movimento sindical revolucionário
pan-pacífico, 1923 –1934. História Internacional do Trabalho e da Classe
Trabalhadora, no. 66 (2004), pp. 99-117.
Earl R. Browder, "O
sindicato vermelho International: O Primeiro Congresso Mundial dos Sindicatos
Revolucionários", The Toiler (Nova York), v. 4, todo não. 192 (15 de
outubro de 1921), pp. 9–10.
EH Carr, Uma História da Rússia
Soviética, Volume 7: Socialism in One Country, 1924-1926, Volume 3, Parte 1.
Londres: Macmillan, 1964.
EH Carr, Uma História da Rússia
Soviética, Volume 8: Socialismo em um país, 1924-1926, Volume 3, Parte 2.
Londres: Macmillan, 1964.
EH Carr, Uma História da Rússia
Soviética, Volume 12: Fundamentos de uma Economia Planejada, 1926-1929, Volume
3, Parte 1. Londres: Macmillan, 1976.
EH Carr, Uma História da Rússia
Soviética, Volume 13: Fundamentos de uma Economia Planejada, 1926-1929, Volume
3, Parte 2. Londres: Macmillan, 1976.
EH Carr, Uma História da Rússia
Soviética, Volume 14: Fundamentos de uma Economia Planejada, 1926-1929, Volume
3, Parte 3. Londres: Macmillan, 1978.
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Boletim da Rede de História Comunista, edição 8, julho de 2000.
Reiner Tosstorff: O Internacional
Vermelho dos Sindicatos (RILU) 1920-1937. [2004] Ben Fowkes, trad. Chicago:
Haymarket Books, 2018.
Evan E. Young, "Relatório
Breve sobre o 1º Congresso Mundial da RILU: Moscou, 3 a 19 de julho de
1921." Arquivos investigativos DoJ / BoI, coleção NARA M-1085, bobina 936,
arquivo 202600-1350-2. Corvallis, OR: 1000 Flowers Publishing, 2007.
Fonte:
https://en.wikipedia.org/wiki/Profintern
- Federación Sindical Mundial (FSM)
Organización distinta de la
Federación Sindical Internacional (1901-1945).
XV Congreso de la FSM, celebrado
en La Habana (Cuba) en diciembre de 2005.
La Federación Sindical Mundial
(FSM) es una federación internacional de sindicatos fundada el 3 de octubre de 1945 en París. Es la segunda organización sindical internacional más antigua del mundo y
fundadora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sigue la línea del movimiento sindical de clase y
lucha contra el capitalismo y el imperialismo, por una sociedad sin explotación
del hombre por el hombre. Es de tendencia comunista y marxista-leninista.
Inicialmente agrupó a todos los
sindicatos de Europa, América del Norte y el resto del mundo de tendencia
socialdemócrata y comunista. Sin embargo, debido a las tensiones de la Guerra
Fría y las posiciones divergentes entre los socialdemócratas y los comunistas,
los primeros se separan y forman la Confederación Internacional de
Organizaciones Sindicales Libres en 1949 - que fusionada a la CMT desde
noviembre de 2006, forma la mayor central sindical mundial: la Confederación
Sindical Internacional (CSI).
En la actualidad la FSM cuenta
con 92 millones de miembros en 126 países. Su estructura, su organización y su
dirección se compone (respectivamente) del Congreso Sindical Mundial, el
Consejo Presidencial y el Secretariado.
Desde 1945 hasta 1953 tuvo su
sede en París. Entre 1953 y 1956 la sede estuvo en Viena, la capital de
Austria. Desde 1956 hasta 2005 la sede se estableció en Praga, capital primero
de Checoslovaquia y desde 1993 de la República Checa. Desde enero de 2006 la
sede mundial de la FSM se encuentra en Atenas, la capital de Grecia.
En cada continente cuenta con una
oficina regional. En todos los sectores importantes tiene Uniones
Internacionales Sindicales (UIS).
En toda su trayectoria hasta el
presente, la FSM ha sido protagonista en las luchas contra el Apartheid, contra
el colonialismo, contra la política de los gobiernos de Estados Unidos, la
OTAN, Israel y sus aliados; contra el capitalismo.
La FSM tiene representantes
permanentes ante organismos internacionales como la ONU, la UNESCO, la FAO o la
OIT. Lucha a través de estos organismos y pone de manifiesto el monopolio que
existe dentro de estos organismos.
La FSM celebró su XVI Congreso
Sindical Mundial en 2010, que tuvo lugar en Atenas. Asistieron 828 delegados de
101 países. Tomaron la palabra 105 delegados y se votaron resoluciones
importantes sobre todas las reivindicaciones actuales de los trabajadores.
La Conferencia eligió el nuevo
Consejo Presidencial de 40 miembros por votación secreta.
Principios básicos de la FSM
Funcionamiento democrático y
elecciones para todas los órganos en todos los niveles.
Orientación internacionalista y
solidaridad Internacional, internacionalismo.
Luchar por la paz y la amistad
entre los pueblos, contra las guerras imperialistas.
Defender el derecho de cada
pueblo, cada clase obrera a decidir por si mismos sobre su presente y futuro.
Los recursos naturales de cada
país pertenecen al pueblo y los trabajadores del país. La FSM se opone a la
privatización.
Unidad de la clase trabajadora y
alianza con los campesinos pobres, los sin tierra, los intelectuales.
Involucrar a los jóvenes, las
mujeres y los trabajadores migrantes en la vida, acción y administración de los
sindicatos.
Prioridad a los temas de
seguridad y salud para los trabajadores, la calidad de vida y el entorno en
general.
Máxima prioridad dentro de las
empresas trasnacionales y la organización de la coordinación internacional la
solidaridad obrera.
Golpear el arribismo, el
elitismo, la burocracia, la compra de conciencias y la corrupción.
El derecho de todos los
trabajadores a la salud, educación y seguridad social públicas y gratuitas. La
mejora continua del nivel de vida, salarios y pensiones.
La FSM como organización sindical
clasista refuerza la crítica, la autocrítica y la emulación fraterna entre
dirigentes y afiliados.
Lucha por las libertades
sindicales y democráticas. Está en contra de la violencia de Estado, el
autoritarismo y la persecución de sindicalistas. Está en contra del neofascismo
y el racismo.
Organiza seminarios y formación
sindicales.
Estructura de la FSM
El Congreso Sindical Mundial
(CSM) es el órgano supremo de la FSM. Se reúne cada 5 años por convocatoria del
Consejo General o del Consejo Presidencial o a petición de las organizaciones
miembro, que tienen que reunir al menos a un tercio de dichas organizaciones.
Del Consejo General se elige el Secretariado General, el Presidente y el
Consejo Presidencial de la FSM, compuesto por 40 miembros.
Los secretarios generales de la
FSM han sido:
Secretario General Mandato País
Louis Saillant 1945-1969 Bandera
de Francia Francia
Pierre Gensous 1969-1978 Bandera
de Francia Francia
Enrique Pastorino 1978-1980 Bandera
de Uruguay Uruguay
Ibrahim Zakaria 1980-1990 Bandera
de Sudán Sudán
Alexander Zarikov 1990-2005 Bandera
de la Unión Soviética Unión Soviética
Bandera de Rusia Rusia
George Mavrikos Desde 2005 Bandera de Grecia Grecia
La FSM cuenta con Oficinas
Regionales en cada continente:
Región Sede
África Anglófona Bandera de Sudáfrica Johannesburgo, Sudáfrica
África Francófona Bandera de Senegal Dakar, Senegal
Asia-Pacífico Bandera de India Nueva Delhi, India
Europa Bandera de Chipre Nicosia, Chipre
América Latina Bandera de Cuba La Habana, Cuba
Oriente Medio Bandera de Siria Damasco, Siria
América del Norte Bandera de Estados Unidos Nueva York,
EEUU
Las organizaciones según su
sector de la producción se agrupan en Uniones Internacionales de los Sindicatos
(UIS) son:
Sector sede
Agroalimentación Bandera de Francia París, Francia
Bancos y Aseguradoras Bandera de India Nueva Delhi, India
Trabajadores de la Construcción y
Afines Bandera de Finlandia
Helsinki, Finlandia
Educación Bandera de Bangladés Daca, Bangladés
Energía Bandera de México México DF, México
Metal y Minería Bandera de España San Sebastián, España
Servicios Públicos Bandera de Brasil São Paulo, Brasil
Turismo y Hostelería Bandera de Grecia Atenas, Grecia
Transporte Bandera de Portugal Lisboa, Portugal
Congresos Sindicales Mundiales
Edición Fecha Sede
I 3-8
de octubre de 1945 Bandera de
Francia París, Francia
II 29 de junio-9 de julio de 1949 Bandera
de Italia Milán, Italia
III 10-21 de octubre de 1953 Bandera
de Austria Viena, Austria
IV 4-15 de octubre de 1957 Bandera
de Alemania Leipzig, RDA
V 4-15
de diciembre de 1961 Bandera de la
Unión Soviética Moscú, URSS
VI 8-22 de octubre de 1965 Bandera
de Polonia Varsovia, Polonia
VII 17-31 de octubre de 1969 Bandera
de Hungría Budapest, Hungría
VIII 15-22 de octubre de 1973 Bandera
de Bulgaria Varna, Bulgaria
IX 16-23 de abril de 1978 Bandera
de República Checa Praga, Checoslovaquia
X 10-15
de febrero de 1982 Bandera de Cuba La
Habana, Cuba
XI 1986 Bandera de Alemania
Berlín Oriental, RDA
XII 13-19 de noviembre de 1990 Bandera
de la Unión Soviética Moscú, URSS
XIII 1994 Bandera de Siria Damasco,
Siria
XIV 25-28 de marzo de 2000 Bandera
de India Nueva Delhi, India
XV Diciembre de 2005 Bandera
de Cuba La Habana, Cuba
XVI 6-10 de abril de 2011 Bandera
de Grecia Atenas, Grecia
XVII 5-8 de octubre de 2016 Bandera
de Sudáfrica Durban, Sudáfrica
Sindicatos afiliados
País Sindicato
Bandera de Bangladés Bangladés Sindicato Kendra de Bangladés
Bandera de Brasil Brasil Unidad Clasista
Bandera de Bolivia Bolivia Central Obrera Boliviana (COB)
Bandera de Corea del Norte Corea
del Norte Federación General de
Sindicatos de Corea
Bandera de Cuba Cuba Central de Trabajadores de Cuba (CTC)
Bandera de España España Coordinadora Sindical de Clase (CSC)
Bandera de España España Coordinadora Obrera Sindical (COS)
Bandera de España España Confederación Intersindical Galega (CIG)
Bandera de España España Frente Sindical Obrero de Canarias (FSOC)
Bandera de España España Langile Abertzaleen Batzordeak (LAB)
Bandera de Francia Francia Federaciones de la CGT
Bandera de Grecia Grecia Frente Militante de Todos los Trabajadores
(PAME)
Bandera de India India Central de Sindicatos de la India
Bandera de Irán Irán Casa de los Trabajadores
Bandera de Italia Italia Unión Sindical de Base (USB)
Bandera de Japón Japón Confederación Nacional de Sindicatos
(Zenroren)
Bandera de Palestina Palestina Unión General de Trabajadores Palestinos
Bandera del Perú Perú Confederación General de Trabajadores del Perú
(CGTP)
Bandera de Portugal Portugal Confederación General de los Trabajadores
Portugueses (CGTP-IN)
Bandera de Siria Siria Federación General de Sindicatos
Bandera de Sudáfrica Sudáfrica COSATU
Bandera de Vietnam Vietnam Confederación General del Trabajo de
Vietnam
Fonte:https://es.wikipedia.org/wiki/Federaci%C3%B3n_Sindical_Mundial
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